
La pandemia del COVID- 19 obligó a pensar en una manera diferente para regresar a las actividades habituales. Y un grupo de amantes de los deportes acuáticos agudizó el ingenio para que el canotaje vuelva a tener un lugar preponderante en la sede de Clubes Asociados Progreso Rowing Independiente (CAPRI).
El primer paso era volver a las competencias de canotaje, pero el parate modificó los planes, aunque no alteró el objetivo final. Por eso, cuando el pasado 30 de mayo el Gobierno de Misiones autorizó el regreso de distintas actividades náuticas en los establecimientos deportivos de la tierra colorada, los palistas prepararon los botes y palos para salir a remar.
No obstante, el sueño de los palistas del CAPRI comenzó mucho antes, “cuando empezamos a reunirnos para reactivar el equipo de competición”, según contó la presidenta de la Subcomisión de Actividades Náuticas, Valeria Pouyane, a EL DEPORTIVO.
“El canotaje resurgió gracias a la inquietud de un importante grupo de atletas que están dispuestos a representar al club en las próximas competencias”, comentó Pouyane, en diálogo con ese suple, sin dejar de observar de cerca el trabajo de los deportistas en el agua.
Las prácticas se realizan en la sede de Villa Cabello, todos los martes y jueves, a partir de las 15; y sábados, desde las 10 en adelante. Los palistas que van a representar a la entidad van desde los 8 a los 25 años, “quienes vienen preparándose con todo para incursionar en las competencias locales y luego en las nacionales”, comentó Pouyane.
Además, sostuvo que “la iniciación fue muy buena, porque desde el primer día contamos con un excelente grupo de palistas y también hemos recibido muchísimas consultas para inscripciones”. En esa línea, la comunicación a través de las redes sociales del CAPRI fue vital para sumar interesados para practicar, a tal punto que ya hay una lista de espera de deportistas.
Pouyane detalló cómo se desarrollan las prácticas en medio de un estricto protocolo de bioseguridad y bajo la atenta miradas de los profesores Orlando Krieger y Constanza Bernal, quienes tienen a su cargo a los palistas.
“Nosotros estamos alrededor de tres horas con los entrenamientos y la bajada al río se determina por turnos y en grupos de diez atletas, quienes deben concurrir con sus elementos de higiene personal y herramientas de trabajo. Cada grupo tiene cuarenta minutos aproximadamente para realizar toda la actividad, para dar lugar al siguiente. Pero antes, se hace toda la desinfección correspondiente de los elementos utilizados”, manifestó la referente de la subcomisión.

En la jornada de ayer también se cerró la incorporación de un médico y un nutricionista para conformar un equipo médico, para atender todas las necesidades de los deportistas náuticos. Ambos van a empezar a trabajar desde la semana que viene, con la elaboración de una ficha técnico – médica de cada uno de los palistas.
El médico Guillermo Benítez es quien tendrá a su cargo el cuidado de los deportistas, acompañado por Rocío Díaz, quien asesorará en materia de alimentación en tiempos de entrenamientos y de competencias.
En conjunto
En los últimos días se sumó la posibilidad de incorporar a nadadores de aguas abiertas para que trabajen junto con los palistas. “Lo que pretendemos es conformar equipos entre el nadador y el palista, por eso estamos en conversaciones con los profesores de natación”, comentó el dirigente Fredy Laratro.
En este sentido, agregó que “hace unos días comenzamos a dialogar con Marcela Báez y Gustavo Breitenbuch para llevar a cabo proyectos en forma conjunta, para beneficiar el desarrollo de los deportistas de ambas actividades”.
Ideas y proyectos sobran en la Subcomisión de Actividades Náuticas del Club Capri, además de entusiasmo para llevarlas a cabo. Y si bien afectó el parate obligado por la pandemia, nada parece detener a los palistas, quienes ayer movieron el bote, lo llevaron al agua y bajo las órdenes de los profes Orlando y Constanza, se esforzaron en cada metro en busca de un objetivo en común: armar un equipo súper competitivo.




