Tras la aprobación del protocolo presentado por la APoFuSa, el último miércoles se reiniciaron los entrenamientos en el club Brown, donde Fraternidad abrió el juego bajo estrictas medidas de seguridad.
El team que milita en la A (Segunda División posadeña) arrancó temprano. A las 8, de manera puntual, los jugadores, el profe y el entrenador Leandro Lozina se dieron cita en el microestadio del club Brown.
Cada integrante siguió el circuito sanitario de acceso: para empezar, en la puerta de entrada se les tomó y registró la temperatura. Tras higienizar el calzado en una alfombra especial, debieron presentar una declaración jurada en la que aseguraron no haber estado en contacto con pacientes con COVID-19.
El procedimiento siguió con un dispenser de alcohol en gel que funciona con un pedal (para evitar contacto con las manos) y posteriormente cada uno fue rociado, por así decirlo, con alcohol al 70 por ciento. Recién entonces todos pudieron acceder al microestadio, donde se ubicaron banquetas individuales para que cada uno deje sus pertenencias. Además, se demarcaron espacios de trabajo personalizados.
“Los chicos estaban muy ansiosos por volver a entrenar. Con algunos estuvimos haciendo entrenamientos virtuales vía Zoom. Antes de que estalle todo esto, veníamos entrenando en doble turno y casi a diario, con vistas al Nacional A de Tucumán. Ahora sólo queda entrenar y esperar por novedades sobre cuándo se reinicia el torneo local”, especificó Leandro Lozina, entrenador de Fraternidad, a EL DEPORTIVO.
Respecto al protocolo, el DT indicó que “los jugadores lo están tomando bien y se los nota cómodos; se trabaja con la distancia requerida y en el club encontramos todo tal como se había anunciado, así que esto va a funcionar bien. Por lo pronto, vamos a apuntar a la técnica, la postura y lo físico, ya que no se pueden entrenar aún acciones de juego”.
