El violento episodio, en el que también fueron golpeados dos de los cuatro albañiles que trabajaban en el lugar, se produjo este viernes en una vivienda situada en la calle 29, entre 32 y 33, del barrio La Loma.
A la hora del almuerzo, los delincuentes estacionaron un Peugeot 208 con pedido de secuestro por robo en la vereda de la casa y luego entraron a la propiedad por el garage, que permanecía abierto mientras se realizaban refacciones en la casa.
En primer lugar, los asaltantes, que tenían chaleco con inscripción de policía, usaban pasamontañas y portaban armas de calibre 9 milímetros, se toparon con los cuatro albañiles que trabajaban en la casa, dos de los cuales ensayaron un intento de resistencia.
La oposición al asalto terminó cuando uno de los trabajadores fue neutralizado al recibir un culatazo en la cabeza y el otro fue golpeado en el pecho.
Inmediatamente, los delincuentes se dirigieron al comedor de la casa donde sorprendieron al dueño de casa, Enrique Laby, de 68 años, y su esposa, de 67, a quienes a punta de arma de fuego obligaron a dirigirse al dormitorio.
En el camino, la mujer se tropezó, y uno de los asaltantes le pegó una patada mientras se encontraba en el piso, lo que constituyó la antesala de un infierno de agresiones físicas.
Según contó Laby, una vez en el cuarto, los ladrones lo tiraron junto a su esposa en la cama y “comenzaron a reclamar dinero”.
“Uno de ellos me dijo ‘te vendieron, queremos los dólares'”, recordó el hombre en declaraciones a diario El Día. Como no tenían respuesta a sus reclamos, los delincuentes enfurecieron y comenzaron a golpear al matrimonio.
Cuando uno de los asaltantes, tomó a la mujer y amenazó con cortarle los dedos, Laby resolvió acceder a la pretensión de los asaltantes.
El hombre reveló el lugar donde guardaba 190 mil pesos y 30 mil dólares.
“Había ahorros de toda la vida, los haberes de la jubilación que había cobrado y una plata para darles a los albañiles, a los que venía pagándoles todos los viernes y hoy (por ayer) ya no pude hacerlo”, contó con pesar.
Una vez con el botín, los delincuentes parecieron no detener su sed de violencia, y volvieron a amenazar con cortarle un dedo a la dueña de casa, aunque después uno de ellos también habló de la posibilidad de “matarlos a todos”, lo que finalmente no se cumplió y finalmente escaparon, para mantenerse hasta el momento en calidad de prófugos.
Fuente: Agencia de Noticias NA
