SAN ANTONIO (Corresponsalía) Karina (51) y Adelar Riedel (55) residen en la picada 25 de Mayo, paraje perteneciente a este municipio. En dicho lugar viven desde hace 25 años y allí criaron a sus cuatro hijas.Actualmente son padres desesperados, angustiados. Hace más de cinco meses que perdieron todo contacto con su hija Daniela (24) y desconocen su paradero y situación. Adelar estuvo recorriendo diferentes dependencias en la búsqueda de su hija, pero hasta ahora no obtuvo ningún dato concreto. Aunque la pareja no pierde la esperanza, sospecha lo peor, que Daniela haya sido captada y secuestrada por una organización delictiva. El comienzoHace tres años y a través de una de sus hermanas que vive en Buenos Aires, Daniela conoció telefónicamente a Jorge, quien luego de un tiempo viajó a Misiones con el objeto de conocerla personalmente y presentarse al resto de la familia. El hombre convivió con ellos durante dos semanas y luego le propuso a Daniela convivir con él en Buenos Aires, propuesta que ella aceptó con el consentimiento de sus padres, “en esos momentos nos parecía un buen muchacho, con sanas intenciones”, afirmó Adelar. El viajeA finales de 2011, Jorge (el concubino de Daniela), según relatan los padres, les informó que se iban a ir del país y que primero viajaría Daniela junto con el cuñado de Jorge, quien viajó especialmente desde España para buscarla. Su argumento fue que él debía quedarse para desprenderse de las propiedades. Luego viajaría para reencontrarse con su pareja en la península Ibérica. Los padres desde Misiones manifestaron su desacuerdo pero no pudieron modificar la decisión y así fue que supuestamente Daniela habría embarcado hacia España el 7 de diciembre de 2011. “Si él no quería convivir más con ella, la hubiera mandado con nosotros, y eso se lo planteamos, la envió con gente que ni conocía”, explican los padres.“Pienso lo peor”Durante los primeros seis o siete meses en los que Daniela estuvo presuntamente en España mantuvo periódicas comunicaciones telefónicas con sus padres. “Los primeros meses hablábamos con Daniela de vez en cuando, tenemos la impresión que nos llamaba a escondidas, y nos contaba que la estaba pasando muy mal, discurso que cambiaba cuando alguien presenciaba la conversación. Ese tipo de conducta nos hace pensar que estaba como forzada u obligada a algo que no quiere hacer”, afirmó su madre. “Yo no sé qué pensar, no sé si no la tienen como esclava o algo peor”, agregó Adelar.Ante esa situación, los padres recriminaron al concubino, quien a partir de ese momento cortó todo tipo de contacto no respondiendo más a las llamadas. Al poco tiempo de ese episodio tampoco pudieron establecer más comunicación con su hija y cuando llaman al teléfono que disponían les informan que se mudaron y que no tienen información de su paradero.“Ahora, y espero que no sea tarde, estoy atando cabos y algunas cosas que me contó Dani cobran relevancia”, dice Adelar, “una vez me llamó llorando y me dijo que Jorge le había pegado porque ella encontró en su escritorio de trabajo cinco tipos de documentos diferentes. Realmente pienso lo peor, además yo pude comprobar que él sigue en Buenos Aires”.“Quiero que Daniela vuelva”“Lo único que quiero es que Daniela esté de vuelta con nosotros, quiero saber algo, yo ya no puedo dormir, no puedo comer, no puedo más, no puede ser que nadie la pueda encontrar, no puede ser tan difícil, es una persona que si salió del país tiene que haber dejado constancia, no sé si el Consulado, la Embajada, alguien tiene que hacer algo”, clama desesperada la madre. Hace aproximadamente un mes los padres hicieron llegar esta información a la red Infancia Robada, desde donde aseguran que el caso ya está en poder del Ministerio de Justicia de la Nación, pero para los padres cada día que pasa sin novedades es una agonía.





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