OBERÁ. “Hoy no se fía, mañana sí”. El muchacho no entendió el letrero que colgaba de un clavo en el comercio y produjo una verdadera lluvia de piedras sobre el local, tras lo cual agredió a dos policías antes de ser reducido.El curioso episodio sucedió cerca de las 11 del último lunes en un comercio de la calle Necochea al 2.400, en Oberá, hasta donde llegó el irascible personaje, de 20 años.Según contó la propietaria del local, el joven le pidió una cerveza y le preguntó si podía “anotársela”. Obviamente, la mujer le respondió de manera negativa, lo que transformó al muchacho en un verdadero tornado.Enseguida, el joven comenzó a insultarla y hasta la amenazó de muerte. Después, salió del kiosco, tomó algunas piedras y arremetió contra el local, ante la mirada atónita de vecinos y transeúntes.La dueña rápidamente llamó a la Policía. En pocos segundos arribó a la escena una patrulla de la comisaría seccional Primera, pero ni siquiera eso calmó los ánimos del sediento muchacho: así como llegó, comenzó a atacar el móvil policial a golpes. Y cuando los efectivos se bajaron, las trompadas fueron directamente hacia ellos.Finalmente, el desaprensivo sujeto fue reducido y detenido bajo los cargos de amenazas, daños, lesiones y resistencia a la autoridad. Permanece alojado en una de las celdas de la Primera, donde quedó a disposición de la Justicia, que tendrá la última palabra sobre su futuro.





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