POSADAS. El susto de su vida se llevó un empleado del Mercado Central de Misiones, después de ser atacado por una pandilla conformada por siete delincuentes, quienes armados “hasta los dientes” le robaron hasta la remera que llevaba puesta.El preocupante episodio sucedió sobre la avenida Cabo de Hornos, en el sur de la capital provincial, durante la madrugada de ayer. Afortunadamente, la víctima no sufrió lesiones por el hecho.Al cierre de esta edición, efectivos de Investigaciones de la Unidad Regional X trabajaban para dar con los autores del hecho, quienes serían jóvenes de entre 16 y 22 años, según una primera versión. Dos de los siete involucrados ya habrían sido identificados y su detención sería inminente.En plena madrugadaFuentes cercanas a la investigación del caso informaron que todo comenzó alrededor de las 3.45 de ayer sobre Cabo de Hornos, principal arteria del sur de la capital provincial, que une la ruta nacional 12 con la ruta provincial 213. Además, la avenida divide los barrios A-4 y San Lorenzo.El episodio se produjo en un “bajadón” que desemboca en el puente sobre el arroyo El Zaimán, donde hace un buen tiempo vecinos de la zona habían denunciado el accionar de gavillas delictivas.Por ese lugar y como todas las madrugadas, el empleado del Mercado Central identificado como Luis (32) caminaba en dirección a su trabajo, sin imaginar jamás la pesadilla que viviría unos pocos metros más adelante.El trabajador se trasladaba por la “bicisenda” construída a un costado del boulevard central cuando sorpresivamente fue interceptado por una pandilla conformada por siete masculinos. Según le diría luego a la Policía, todos tenían entre 16 y 22 años.Siempre según el relato de la víctima, los sospechosos portaban cuchillos, destornilladores y otras tantas armas blancas. Además, como dato escalofriante, el empleado contó que uno de ellos empuñaba un arma de fuego que sería un revólver de color negro.La pandilla actuó de manera violenta, sin dar mayores explicaciones. Rápidamente redujeron al hombre y lo arrojaron al suelo. Enseguida, como si se tratara de depredadores urbanos, un grupo le quitó una billetera de cuero de color marrón con distintos documentos, 60 pesos, 20 reales y 20 dólares estadounidenses. Mientras tanto, otro par fue directamente por el teléfono celular de la víctima, de marca Nokia.Esos elementos de valor no fueron suficientes para los malvivientes, quienes también decidieron robarle las zapatillas y hasta la remera. Por poco no dejan en paños menores al empleado.Con el botín en sus manos y prácticamente sin más nada que poder robar, la pandilla le perdonó la vida al trabajador y escapó a la carrera en dirección al complejo habitacional A-4.La víctima tardó algunos segundos en reponerse y salir del estado de shock. Cuando lo hizo, se trasladó rápidamente a la comisaría seccional Decimoprimera, donde radicó la correspondiente denuncia. Hasta anoche, efectivos de esa dependencia y de Investigaciones de la UR-X montaban patrullajes con el fin de apresar a los maleantes. Un portavoz reveló que al menos dos de los involucrados habrían sido indentificados y serían detenidos en las próximas horas. Ambos cuentan con frondosos antecedentes y son ampliamente conocidos en el “mundillo delictivo” posadeño.Otra arista particular del caso tiene que ver con que uno de los identificados vive en el barrio A-4, es decir que es vecino del empleado asaltado, quien también reside en ese complejo habitacional. El otro prófugo que tenía la Justicia hasta ayer también es de la zona: vive en el barrio San Lorenzo.





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