Laura tiene una voz que destella alegría y confianza, cada vez que habla del básquetbol una sonrisa aparece en su rostro, es inevitable. Porque para ella representa “un pilar fundamental de mi vida”.
Su historia con el baloncesto comenzó cuando era una adolescente, su hermano Raúl fue quien la convenció para que jugara. Ella tomó el balón y aprendió las reglas del deporte que rápidamente enamoraron a su corazón.
“Cosa de chicos” pensaron sus padres, pero con el tiempo pasó de ser una jugadora a ocupar la mesa de control como oficial de mesa. Pero no se detuvo allí, la misionera se convirtió en la primera comisionada técnica que tuvo nuestro país, en el baloncesto. Y después de tres décadas de desempeñarse en esa función, fue nombrada como Comisionada Técnica de la Liga Argentina que tiene a otras tres mujeres en esa tarea. “Creo que nunca nadie imaginó que llegaría al lugar donde hoy me encuentro, incluso yo me sorprendo. Es un gran orgullo representar al país”.

Y mientras la protagonista de nuestra historia cuenta sus emociones por semejante acontecimiento, explica que el deporte le dio mucho: “Una familia de amigos, colegas y árbitros. Es lo que nos deja el deporte: amistad y el cariño de la gente”.
Y si bien todos los caminos tienen piedras ella los superó “con trabajo, estudio y responsabilidad. Así se logra lo que uno se propone”.
Fue así como la misionera rompió los esquemas y ubicó a las mujeres en un lugar donde antes no se las imaginaba. Laura fue a lo más alto y escribió una historia de pasión y amor.“Siempre con respeto, solo así se logran muchas cosas. Y en todo este tiempo jamás sufrí ninguna falta de respeto, porque somos un equipo”.
Su profesionalismo la posicionó al frente de la Escuela de oficiales de mesa de la Asociación Posadeña y la Federación Misionera, allí trabaja junto a su hermano Raúl, los dos codo a codo dando lo mejor.
Laura contó que para responder con eficiencia a las exigencias del oficio, cada año participa de las capacitaciones donde es evaluada.
Nos adelantó que este año se realizaron modificaciones al reglamento de juego y “en el 2019 se aplicará en nuestra provincia”.
Prácticamente la vida de Laura transcurre en el estadio, donde todos la aprecian y admiran.
Y sino esta en la cancha ¿dónde la encontramos? En la escuela. Así es, Laura además es maestra jardinera, otra de sus grandes pasiones.
Es que “tanto la docencia como el básquetbol me ayudaron a salir adelante en el momento más difícil. Me ayudaron a comprender que tenía que luchar por la gente que quiero”.
Se confiesa tan coqueta como una guerrera de la vida ya que hace algunos años superó al cáncer de mama: “Fue hace 14 años y logré vencerlo, considero que todas las personas que pasamos por un cáncer somos unas guerreras. Hoy con un control a tiempo se puede curar”.
Es por eso que Laura celebra la vida cada día y en cada acción, aunque sea la más mínima: “Combino la ropa y siempre elijo colores vivos. Es mi forma de decir ‘sí a la vida’”. Lo mismo ocurre con su color de cabello “me encantan los colores con energía, me expreso de esa forma también”.
Preparada para recibir el 2019, Laura cierra los ojos y pide dos deseos: “seguir trabajando en esto que me apasiona: el básquet y en la salita de 5 años, porque el amor que recibo de allí llenan mi corazón”.
Por
Susana Breska Sisterna
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Producción fotográfica: Miguel Colman





