Con cuatro condenas a prisión y tres absoluciones, finalizó ayer en el Tribunal Federal de Posadas el juicio a la denominada “banda de narcopolicías”, por el robo e intento de vender 123 kilogramos de marihuana, que correspondían a un secuestro de cuatro toneladas y bajo custodia desde marzo de 2012 en la seccional Primera de Puerto Rico.El oficial de la Policía de Misiones, Miguel Dionisio Rojas (31), fue condenado a nueve años de prisión como “autor del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, doblemente agravado por realizarlo de manera organizada y por ser funcionario público”.En cuanto al albañil Diego Rojas (32), los jueces Norma Lampugnani, Manuel Alberto Jesús Moreira y Mario Hachiro Doi, resolvieron condenarlo a seis años como “partícipe necesario de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”. A rigor de verdad, la pena fue elevada de cinco a seis años por el carácter de reincidente de Rojas, quién había sido condenado en la capital entrerriana por una causa similar iniciada en 2010.Las dos condenas restantes correspondieron a dos ex efectivos de la Primera de Puerto Rico, Oscar Javier Merlos (36) y Pedro Fernando Betancur (34). Merlos deberá purgar siete años –ocho había solicitado la fiscal Vivian Barbosa- hallado culpable como “partícipe necesario de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, doblemente agravado por realizarlo de manera organizada y por ser funcionario público”. Un año menos de prisión (seis), por el mismo delito, los jueces acordaron en condenar a Betancur.La duda a favorFavorecido por el principio de inocencia ante la duda (“in dubio pro reo”), el suboficial Aníbal Sergio Benítez (34) fue absuelto de culpa y cargo, luego de tres años y 22 días detenido bajo la misma acusación que pesaba sobre sus compañeros de trabajo.En cuanto al comisario Sergio Esquivel (48) y al subcomisario Milcíades Benítez (43), ex jefe y subjefe de la dependencia, respectivamente, el Tribunal acompañó el criterio de la fiscal Barbosa, y absolvió a ambos del delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.La causa “narcopolicías” se inició el lunes 3 de septiembre de 2102 cuando en un yerbal de la localidad de Puerto Leoni, la Prefectura detuvo al oficial Miguel Rojas dentro de su automóvil con 123,60 kilogramos de marihuana que fueron robadas de la Sala de Armas de la comisaría Primera, dónde se guardaba el secuestro realizado seis meses antes en un pinar de Ackermann, Capioví.Diego Rojas habría oficiado de nexo para vender la droga, pero alcanzó a fugarse de los prefecturianos que, alertados por un llamado anónimo al 106, buscaban en Puerto Leoni un automóvil sospechoso durante la madrugada del lunes 3 de septiembre de 2012, que resultó ser el Fiat Palio blanco del oficial Miguel Rojas.Pruebas y coartadaSi bien los fundamentos del fallo se conocerán el lunes 5 de octubre a las 19, se desprende que las principales pruebas contra los condenados fueron la flagrancia en que se detuvo al oficial Rojas, como también las pericias realizadas por Gendarmería, especialmente a los teléfonos móviles secuestrados.De acuerdo a los testigos del debate, el relato de la médica forense de Puerto Rico, Helga Sulamita Segovia de Ledesma, se presume como clave para la suerte del suboficial Sergio Benítez, ya que admitió que atendió a Angélica Beatriz Cabral, pareja del policía, quien sufría complicaciones con su embarazo. Ésto sucedió durante la madrugada del 3 de septiembre de 2012, y el suboficial Benítez la acompañaba porque estaba de franco.Entre las pruebas indiciarías que habrían perjudicado al suboficial Merlos, se destaca que estaba de guardia la noche del 2 y madrugada del 3 de septiembre y, en el celular de su camarada Rojas, se registraron mensajes de texto que corresponderían a una conversación entre ambos, minutos antes del operativo de Prefectura. También en el automóvil de Merlos la Gendarmería halló con un perro adiestrado restos u olores que indicaban que transportó marihuana.El Tribunal Federal dispuso ayer el envío de las actas de debate al Juzgado Federal de Eldorado, para que se sumen al expediente con el que se investiga el faltante de poco más de 840 kilogramos de marihuana, también parte de las cuatro toneladas descubiertas por la Policía provincial en Ackermann y, presuntamente, puestas a disposición de la Justicia Federal en la comisaría Primera de Puerto Rico. “Sufrimos tres años a la espera de un fallo justo”El rostro de Mirta Ester Bogado se transformó a partir de las 11.50 de ayer, cuando se dio lectura al fallo que liberó a su hijo, el suboficial Sergio Benítez. Finalizaba con una sonrisa bañada por lágrimas más de tres años de dura espera, en la que el dolor se profundizó con el fallecimiento de su esposo, Sinforiano Benítez.“Esperé más de tres años para que todo finalizara así, con la libertad de mi hijo. Estoy contenta porque el fallo fue justo, vamos a poder estar juntos nuevamente”, resumió Mirta mientras aguardaba volver a Puerto Rico, esta vez aferrada al brazo de Sergio.“Estos tres años los vivimos como pudimos, sufrimos mucho porque falleció mi marido, y eso no se recupera más. Pero tenía la firme esperanza que Sergio iba a ser absuelto, sabía que él estaba fuera de toda culpa, pero debíamos esperar que lo dijera la Justicia, la ley es la ley y contra eso no se puede hacer nada en contra”.





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