“Gracias a Dios y a la Virgen de Caá Cupé, Alan está mejor, incluso engordó un poquito y eso le da más energía para el día a día, pero necesita un trasplante de médula ósea”, señaló a PRIMERA EDICIÓN Viviana Raquel Tabares (28), madre del niño de cinco años que hace ya un año y medio lucha contra la leucemia y está en lista de espera para este trasplante.La mujer, madre de tres hijos, pide a la comunidad que se solidarice y se registre como donante. “Es algo sencillo, es sólo una extracción de sangre y eso puede salvar la vida de mi hijo y de muchos que están pasando por lo mismo que él”, dijo. A ella y al padre de Alan les hicieron los estudios de compatibilidades y no fueron positivos, es por eso que no pueden ser sus donantes de médula. No tienen una casa adecuadaActualmente viven en la casa del hermano de Viviana en la chacra 192 (Alem y Monseñor D’Andrea de Posadas). “Nos prestó porque mi casa es muy chica, de una sola habitación y Alan necesita tener una habitación y un baño adecuados”, indicó la madre, quien sueña con poder ampliar su casa ubicada en la zona. Actualmente el pequeño se encuentra en etapa de mantenimiento, realizando quimioterapia pero con comprimidos orales y no requiere estar internado. No obstante, hace una semana sí debió permanecer en el Pediátrico a raíz de una infección y de que tuvo varicela.Su seguimiento está a cargo de la doctora Sandra Borchichi, del Servicio de Hemato-oncología del Hospital Pediátrico “Dr. Fernando Barreyro”.Tras varias semanas de mucha debilidad, días en que “sólo quería dormir, Alan ahora está con más energía, subió de peso y lo que más le gusta es ir a la casa de su abuela Nélida queda a siete cuadras de la suya) para estar con sus primos”, contó Viviana. El diagnósticoEn enero de 2014, a pocas semanas de haber cumplido cuatro años (cumple el 16 de noviembre), el niño comenzó con dificultades para caminar. Su mamá lo llevó al Hospital Pediátrico y los estudios, según contó, se centraron en las piernas, analizando alguna afección en caderas o miembros inferiores. “Le hicieron radiografías pero no encontraban nada. Pasaron unos días, no había diagnóstico entonces decidí llevarlo por mi propia cuenta al (Hospital) Garrahan (de Capital Federal).“A los dos días nos dieron el diagnóstico de leucemia LLA con Filadelfia positiva”, señaló su madre. El pequeño quedó internado un año entero para realizarle quimioterapia. En marzo pasado estuvo en condiciones de regresar a Misiones.Un leoncitoLa mamá destacó la valentía de su hijo, que pese a ser tan pequeño comprendió rápidamente que todos los pinchazos eran para intentar mejorar su salud. “Por qué llorás mamá, si a mí me están pinchando”, cuenta Viviana que le decía Alan al ver que ella se desbordaba en lágrimas mientras a él le aplicaban la quimio o los sueros. “Yo me voy a curar, voy a estar bien”, dijo la madre, recordando las palabras de su hijo.Otro momento difícilGran parte de este proceso de internación de Alan, Viviana lo vivió estando embarazada de su tercer hijo, Thiago. El bebé nació en Capital Federal y ella pudo estar con él menos de un mes. Luego su papá lo trajo a Posadas y recién unos cinco meses después la mamá se pudo reencontrar con Thiago. “Fue muy difícil todo, pero apenas me recuperé (del parto), Alan empeoró, estaba muy delicado y ahí fue cuando mi marido volvió con el bebé a Posadas”, dijo la mamá. Hoy junto al papá del pequeño, que es albañil, se esfuerzan por darle lo mejor a Alan, Thiago y al hermano mayor que tiene diez.





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