
Autoridades de la Escuela Normal Superior 6 de Aristóbulo del Valle, luego del desplome del ventilador que causó un corte en el rostro de una alumna, detallaron a PRIMERA EDICIÓN todo lo actuado tras lo que calificaron como un “accidente terrible”.
Indicaron que la institución sí cuenta con seguro y que presentaron todo lo necesario para que Brenda pueda cobrarlo pero sin documentación relevante del padre de la joven quien, según afirmaron, no quiso entregarla. “El papá negó toda posibilidad de ayuda de parte nuestra”, afirmaron.
“Nada hacía prever que el ventilador se iba a caer”, indicaron la directora Ana Oztryzniuk y la vice, a cargo del turno tarde, Norma Carlsson. Tras el hecho, “se hizo todo lo que había que hacer, la ambulancia llegó rápido y ella fue asistida”.
Carlsson aseguró que estuvo en el hospital hasta que le dieron el alta a Brenda ese viernes 31 de agosto y que fue el preceptor del turno tarde quien la llevó hasta su casa. “Hicimos el acta, el informe al Consejo General de Educación (CGE) y empezamos con los trámites del seguro”. En relación a ésto afirmaron que “todas las escuelas de Misiones tienen cobertura para los alumnos y para el personal docente”.
El sábado, siempre según el relato de las docentes, Carlsson visitó a Brenda en su casa con insumos para las curaciones y el domingo “comenzamos a solicitar datos para el seguro”.
Hablaron con la hermana de Brenda por dichos datos y “ella contestó que el padre no quería que brinde ninguno”. Ante esta situación, el domingo la vicedirectora se hizo presente en la domicilio “con una nota con las actuaciones realizadas y los datos que se necesitaban” para el seguro: una fotocopia del DNI del padre, un número de CBU y la firma del tutor “porque él iba a ser el beneficiario directo”.
En dicho encuentro “le ofrecimos la posibilidad de gestionar un turno en el Madariaga y él se negó diciendo que no importaba lo del seguro porque el tratamiento igual conseguía en el hospital y que el turno no, por ahora, porque el pediatra había dicho que no porque era reciente la herida. Se negó a toda posibilidad de ayuda de parte nuestra, pero aún así seguimos adelante y lo gestionamos”.
Carlsson afirmó que acompañó a Brenda a la primera consulta con el pediatra y también estuvo presente en la pautada para sacarle los puntos. “Me acerqué al pediatra a preguntarle cómo veía la herida y dijo que estaba bien y que él consideraba que con cremas podría mejorar. Estuvimos en permanente contacto más con el pediatra que con la familia”, señaló.
Días después, a través del CGE, lograron conseguir que la vea un cirujano en el Madariaga este miércoles 26 mientras que el hospital local consiguió una cita para el lunes 24. “Íbamos a gestionar un móvil para que los lleve hasta Posadas pero no nos llegó la información del turno del 24 y no dialogaron más con nosotros por lo que no lo pudimos hacer”. Este lunes Brenda tenía turno en el Madariaga.
Acciones para la vuelta a clases
La joven volvió a la escuela una semana después de lo sucedido y “ahora viene normalmente”, indicaron las docentes quienes confirmaron que “la cambiamos de aula para que no sea tan traumático” y relataron que, en el curso donde se produjo el accidente, se sacaron los ventiladores. Sobre la caída del aparato dijeron que “esa aula había tenido una filtración porque estaba rajada la canaleta, lo que ya se reparó, y suponemos que por eso se pudo haber afectado”.
Para determinar qué ocurrió, el CGE envió un equipo a evaluar el estado del edificio. Además, la Policía también peritó los aparatos a raíz de una presentación policial realizada por el padre en la comisaría Primera de Aristóbulo, dependiente de la Unidad Regional XI, y a través de la cual se dispusieron “diligencias que conduzcan a establecer fehacientemente que el hecho se produjo de forma accidental”.
Oztryzniuk y Carlsson dijeron que “no hubo intención de sacar los ventiladores de todas las aulas porque acá no se puede dar clases cuando hace calor” pero, por ahora, “no dejamos que se enciendan hasta que se termine todo el peritaje de cada uno de los ventiladores” realizado por el CGE. “Quedaron que nos iban a acercar algún tipo de solución pero, hasta ahora, no obtuvimos respuesta”.
El edificio escolar data de 1983 y fue refaccionado en 2010 pero aún “tiene filtraciones porque se cubrieron las canaletas”. Las docentes explicaron que como “el año pasado no obtuvimos respuesta para refaccionarlas lo estamos haciendo con la cooperadora. Pedimos 380 pesos por familia y sólo el 30% paga, el resto no aporta y tampoco apoyan cuando hacemos algún evento. Tenemos 6 o 7 padres trabajando para una escuela de 1.500 alumnos. En ésto también hay una responsabilidad social, además de que el Estado no aporta para mantenimiento hay una falta de compromiso de la comunidad”, finalizaron.





