ELDORADO. La Justicia Federal concedió el viernes el beneficio de la excarcelación a uno de los cinco policías federales que habrían intervenido, el 25 de febrero pasado, en el montaje de un procedimiento antidrogas que concluyó con la detención de un sospechoso y la incautación de una mochila con poco más de treinta kilos de marihuana.Se trata de un suboficial retirado que, al parecer, intervino en la redada a solicitud de sus camaradas en actividad, debido a su condición de conocedor del mundo del narcotráfico y del hampa.No se sabe, al menos con certeza, si este hombre conocía el montaje de la operación que concluiría con la aprehensión del narco y el decomiso de la mochila con marihuana, pero lo cierto es que no intervino en la elaboración del acta ni declaró contra él en sede judicial, como sucedió con el resto.El procedimiento se llevó a cabo el 25 de febrero pasado, en inmediaciones de la Escuela 725 de Montecarlo.Allí fue apresado el sospechoso. Quizás la verdad no hubiera trascendido jamás si el detenido no reclamaba el celular que los uniformados se llevaron.A partir de ese momento la Justicia comenzó con el entrecruzamiento de llamadas que ubicó a los federales en una situación cuanto menos comprometida.Según pudo establecer este diario, el expediente, de varios cuerpos, cuenta con 3.000 fojas de transcripciones de comunicaciones telefónicas.Esa cantidad otorga una idea aproximada de la situación en la que se encuentran los uniformados actualmente privados de su libertad.De acuerdo con la reconstrucción del hecho, los uniformados se habrían contactado con el “narco” haciéndose pasar por compradores ocasionales.El objetivo era que pasara la droga para chuparlo y detenerlo en Argentina, haciendo creer que se trataba de una operación legal, producto de una larga y paciente investigación.Para darle un contexto de legalidad al operativo, antes de realizarlo, habrían informado al Juzgado Federal que tenían información reservada sobre la posible entrada de droga al país.Desde la Justicia respondieron que procedieran pero que, ante cualquier eventualidad, dieran aviso.Esto jamás ocurrió. Y las causas se conocerían posteriormente.Elaboraron el informe sumarial y el acusado llegó a estrados con todo armado.Y nada se sabría si no fuera por el famoso celular, cuyo aparato desapareció pero no el chip. Ese error terminó sellando el destino de los uniformados. “Me robaron el celular”“Quiero que me devuelvan el celular que me robaron en el procedimiento”, habría dicho el sospechoso cuando lo llevaron al Juzgado Federal de Eldorado para notificarle que había sido procesado por el delito de “transporte de estupefaciente con fines de comercialización”. “Cómo que le robaron el celular”, retrucó el instructor mientras profundizaba sobre las circunstancias de un ilícito aparentemente cometido por los policías federales que intervinieron en el operativo.Así fue como el sospechoso, hasta allí único imputado y procesado, contó que los mismos hombres que lo contactaron para que trajera la droga desde Paraguay, haciéndose pasar por compradores ocasionales, lo terminaron arrestando en suelo argentino.A partir de ese momento comenzó la investigación que desembocó en la detención de cinco hombres de la Policía Federal, entre ellos un subcomisario de esa fuerza nacional.Con posterioridad, el mismo hombre que había sido procesado por el delito de “transporte de estupefaciente con fines de comercialización” fue incluido en el programa nacional de “protección de testigos”.Para ello, el juez José Luis Casals dio marcha atrás con el auto de procesamiento y lo sobreseyó por falta de mérito en la causa original.Y no era para menos, el entrecruzamiento de llamadas entre los integrantes del grupo de policías federales y de estos con el supuesto narco fue concluyente, al menos para la instrucción.El viernes la Justicia concedió la excarcelación a uno de los involucrados, que no intervino en el acto ni declaró contra el sospechoso. La investigación se encaminaría hacia la cúpula El escándalo que tiene en el tapete a miembros de la Policía Federal, sospechados de inducir a un hombre a transportar droga desde Paraguay, haciéndose pasar por ocasionales compradores para luego detenerlo en Argentina, amenaza con extenderse hacia las más altas esferas de esa fuerza de seguridad en el norte misionero.Según averiguaciones, la Justicia Federal de Eldorado podría avanzar y dirigir la investigación hacia el jefe y subjefe de la delegación “Puerto Iguazú”.También hacia los oficiales y suboficiales de la subdelegación “Eldorado”. Los investigadores tendrían elementos de peso, lo suficientemente sólidos para, al menos en un principio, considerar que algún tipo de vinculación podrían tener con este tipo de procedimientos (montaje de operativos antidrogas).La gravedad de la situación es tal, que todos podrían concurrir a estrados en calidad de sospechosos y no como testigos circunstanciales.La investigación comenzó a raíz de un procedimiento efectuado el 25 de febrero pasado en proximidades de la Escuela 725 de la localidad de Montecarlo.Allí fue detenido un hombre de nacionalidad argentina que llevaba una mochila con poco más de treinta kilos de marihuana.Dicen que al percatarse que se habría tratado de una trampa, intentó correr pero fue alcanzado y reducido por una patrulla no identificada de la Policía Federal.La misma fuente indicó que en la redada intervino personal de la delegación “Puerto Iguazú” y de la subdelegación Eldorado. Ambos vehículos no tenían identificación oficial.La causa está radicada en el Juzgado Federal de Eldorado, a cargo del juez José Luis Casals.





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