POSADAS. “Soy Nicasia Duarte, viuda de Lucas, porque yo firmo siempre así…tengo 14 hijos, 63 nietos, 74 bisnietos y 10 tataranietos” así se presenta esta señora, reconocida por ser una de las pioneras de Colonia Wanda y que el 6 de diciembre próximo celebrará sus jóvenes 94 años.Hablar con Nicasia reconforta el alma, por la energía y vitalidad que transmite en cada historia que recuerda, con mucha pasión y en versión actual, con “buena onda”, poniéndole un toque de humor hasta a los momentos más duros que le tocó vivir.“Ahora me llaman abuela, mi madre o Doña Lucas, tengo muchos nombres (risas)”, afirma Nicasia, hija de don Basilio Duarte y doña Bárbara Sotelo, que nació el 6 de diciembre de 1918 en Encarnación (Paraguay), donde vivió hasta los diez años para luego radicarse junto a su familia en San Ignacio.El casamiento de Nicasia con Victoriano Lucas fue en 1935, tres años más tarde decidieron emprender una verdadera aventura, en busca de nuevos horizontes y progreso en Puerto Bemberg, hoy Puerto Libertad. Allí el marido de Nicasia trabajó en la yerbatera Safac hasta 1950. “Nuestra idea era tener nuestra propia chacrita y así juntamos un dinero y nos establecimos en Wanda, recuerdo que uno de mis hijos, el mayor, siguió yendo a la escuela en Bemberg, iba a pie todos los días por el tungal, por el pique, porque no había camino bueno, ni nada”, señala. Inquietos y emprendedores, para aquella época, Nicasia comenta que su esposo no estaba del todo conforme con la chacrita, porque le faltaba espacio para diversificarse, entonces se mudaron a otra más grande, en el kilómetro 13. “Allí sí teníamos de todo, frutales, pino, yerba y té. Ananá, naranja, pomelo, limón, duraznos, mandarinas, no faltaba nunca nada”, relata Nicasia.En total concibió a catorce hijos, a los que orgullosamente cuenta que los crió “a todos juntos, siempre fueron colaboradores con el papá y conmigo, incluso administrando otras chacras de allí. Luego siguieron estudiando, muchos en Buenos Aires, pero después volvieron a Misiones”.La chacra de Nicasia y Victoriano era admirada en toda la zona y muchos empresarios de otras provincias que andaban de visita no podían resistir la tentación de conocer. “Decían que la nuestra no era una chacra, sino un jardín, lo que nos llenaba de satisfacción. Pero después cuando mi marido se enfermó no podía mantener la chacra tan limpia como él quería, entonces la vendimos y compramos una casita en el pueblo de Wanda”, donde vive actualmente.Nicasia hizo “de todo en la chacra, hasta trabajo de hombre y me pregunto ¿cómo yo hacía eso?”, eso sí aclara que “nunca trabajé con mi marido a la par, porque no quería que me mandara (risas), él allá con una cosa y yo con otra. Coseché té, yerba, maíz y todo lo que hubiera. Si fuera por mí seguiría trabajando, pero la artrosis ya me está afectando un poco, desde que cumplí los ochenta años, tardaron en darme el remedio para eso, recién desde los noventa estoy tomando algo y me mejoré un poco”.Pedirle a Nicasia que cuente lo más lindo que le pasó en su vida puede disparar muchas respuestas, pero rápidamente llega la respuesta que pinta su temperamento, sus ganas de vivir: “no he visto ninguna cosa fea, todo para mí fue lindo, porque es parte de la vida misma, me gustaba mucho el trabajo”.El “plato de la chacra” era la especialidad para dar de comer a todos sus hijos “solamente nosotros entendíamos la receta, le poníamos de todo. Después no podía faltar la sopa paraguaya, las albóndigas, borí borí, puchero de mandioca y toda comida sana, natural, por eso creo que vivo yo. Ahora ni las verduras no son más natural porque tienen muchos químicos”.HomenajeLa Colectividad Paraguaya de Wanda, el 15 de agosto del año pasado (Día del Pionero) la distinguió obsequiándole un cuadro donde, se ve reflejada gran parte de su historia, con imágenes junto a su esposo y sus catorce hijos a distintas edades. En la misma fecha, este año volvió a participar del desfile de los pioneros portando la bandera paraguaya en un carro polaco.El pasado 16 de noviembre participó, aquí en Posadas, de la fiesta de quince años de una de sus bisnietas, Gabriela Belén Zaldívar, nieta de su segundo hijo -entre los catorce- don Florentino Lucas y el próximo 6 de diciembre, cumplirá sus flamantes 94 años.





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