POSADAS. Después de la conmoción que causó el caso en la opinión pública local, la Justicia misionera detuvo durante la mañana de ayer al padre de la menor de cinco años que fue rescatada del estado de abandono en el que se encontraba y por el que hasta tenía larvas en la cabeza. La hermanita también evidencia signos de abandono.La decisión fue adoptada por el magistrado José Alberto López, al frente del Juzgado de Instrucción 7 de la Primera Circunscripción Judicial, quien luego de la intervención de la Justicia de Familia tomó cartas en el asunto e inició una investigación para establecer si por el hecho se configura el delito de “abandono de persona agravado por el vínculo”.Para las próximas horas se aguardaba la declaración del detenido. Mientras, la Justicia también evaluaba las condiciones psicológicas de la madre de las criaturas, según comentaron las fuentes.Además, trascendieron a este medio los relatos escalofriantes de vecinos del barrio Santa Clara II, donde vive la familia, que reflejan el calvario en el que se encontraban inmersas las pequeñas, que siguen internadas en el Hospital de Pediatría.Continuan internadasUn difícil contexto enmarcado en la pobreza, la exclusión y la desigualdad social es el que rodea a otra triste historia de una familia misionera donde, una vez más, las víctimas son menores de edad.El caso trascendió durante las primeras horas del lunes y no tardó en ganar espacio en las portadas de los medios locales. La niña de cinco años fue rescatada tras la denuncia de una tía, quien la encontró en condiciones deplorables.Cuando llegó al hospital, a la menor de edad le extrajeron unos 150 gusanos que anidaron en la parte izquierda de la cabeza, en una suerte de hueco profundo. La imagen es escalofriante.Como si lo anterior no fuera suficiente, otra hermana de siete también quedó internada en ese centro asistencial debido a la enorme cantidad de pulgas popularmente conocidas como “piques” que tenía en los miembros inferiores y que prácticamente la imposibilitaban de caminar.Según el parte médico difundido ayer por el Ministerio de Salud Pública, las dos criaturas permanecen internadas en Pediatría con “signos de descuidos de salud”. Se mantienen estables y, al menos a modo de alivio entre tanto sufrimiento, sin síntomas de desnutrición.Sobre el diagnóstico de ingreso de las pacientes, el documento oficial confirma que arribaron al hospital con “miásis y absceso de cuero cabelludo”, en el caso de la menor, y “tungiasis y pediculosis” en el caso de la mayor.La investigaciónFue una tía de las víctimas quien dio aviso a la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional X, en el corazón de Fátima. Enseguida, los uniformados partieron a la escena y descubrieron el aberrante cuadro.En principio el caso quedó en manos de la Justicia de Familia, pero en las últimas horas la investigación pasó a manos del fuero penal del Poder Judicial, más exactamente bajo la tutela del juez López, quien ahora investiga el delito de “abandono de persona agravado por el vínculo”.En ese sentido, según informó ayer el oficial ayudante José Luis Puyol, al frente del sector de Prensa de la UR-X, el padre de las menores fue detenido por efectivos de Investigaciones de esa dependencia.El hombre tiene setenta años y fue apresado en la humilde vivienda de la familia, sobre la calle Esmeralda, del barrio Santa Clara II, en Garupá. Ahora la Justicia aguarda su explicación al respecto para saber qué responsabilidad le cabe por el hecho. “En la casa había un olor insoportable”Ayer, después de que trascendió el caso, se conocieron algunos detalles sobre el informe socioambiental que elaboraron las autoridades en relación con el caso de las dos menores de edad internadas en el Hospital de Pediatría de la capital provincial.“A simple vista se veía a los menores sucios, abandonados. En los últimos días había escuchado el llanto desconsolado de una de las niñas”, le contó a las autoridades una de las vecinas de la calle Esmeralda del barrio Santa Clara II, actualmente schokeado y conmovido por la noticia.Frente a los uniformados, fueron varios los vecinos que aseguraron que el padre de las criaturas tenía problemas de alcoholismo. En ese sentido, reconocieron que cuando se encontraba en estado de ebriedad era capaz de tornarse violento contra otras personas. Sin embargo, en el barrio aseguraron que nunca lo vieron golpear a sus hijos, aunque varios aseguran haber notado algún grado de agresión -al menos verbal- contra su mujer.“Es una mujer sometida”, confió una de las vecinas cercanas a la casa a los trabajadores sociales que se acercaron para conocer la escena una vez que las niñas fueron internadas.La Justicia intenta establecer ahora si la mamá de las pequeñas sufre de trastornos psicológicos. Al menos eso es lo que sospechan, después de que se negara a entregar a sus hijos ante los médicos: “Ellas no necesitan atención médica, yo misma las voy a cuidar”, les dijo cuando fueron a rescatarlas.Ante una psicóloga, la mujer dio su versión de los hechos y dijo que “todo se fue de las manos porque soy padre y madre a la vez. A mi marido casi le agarra un derrame por los nervios y está muy delicado. Tengo dolores en la columna y no puedo atender a mis hijas”.Ese testimonio, vertido en primera instancia, habla a las claras del modo de vida que lo subsumía todo en la precaria instalación donde vivía la familia, asediada por el abandono total.Fue una de las vecinas que llegó casi al instante en rescate de las pequeñas quien brindó el panorama desolador: “Apenas pude ingresar por el olor nauseabundo que había en la casa. Creí que provenía de las pelelas que estaban en el lugar, pero después me di cuenta que era de la herida de la más chica”.





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