JARDÍN AMÉRICA Y MONTECARLO. Anita y Mirna Cesario viven en Florida, provincia de Buenos Aires, y hace 18 años trabajan para mejorar la calidad de vida de los niños de escuelas albergues de frontera. Madre e hija, en el marco del programa denominado “Sumando Solidaridad para las nuevas generaciones”, colaboran con escuelas, hospitales y salas de primeros auxilios carenciados del país, contando con el respaldo de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (Adra), y la semana pasada, estuvieron en Misiones para entregar distintos elementos recaudados en Buenos Aires. “En el hospital de Jardín América entregamos sillas de ruedas, medicamentos, suero, solución fisiológica y sábanas, que nos habían pedido especialmente. También entregamos libros de medicina donados por un médico recién recibido”, señaló a PRIMERA EDICIÓN Anita Cesario. La voluntaria comentó que en total permanecieron ocho días en distintas localidades misioneras, visitando escuelas, donde fueron recibidas con mucha alegría por estudiantes, padres, docentes y directivos.Escuelas con brazos abiertosEn Aristóbulo del Valle visitaron la Escuela Libertador San Martín, donde techaron cuarenta metros para unir los sanitarios con el edificio principal, empezaron a construir un aula y la dirección, “todo con ayuda de los padres, que donaron su mano de obra”, dijo Mirna.La visita a la Escuela Mariano Moreno, del kilómetro 34 de San Vicente, dejó inaugurada la sala de jardín de infantes con sus respectivos baños. También visitaron las escuelas 419, de Jardín América, y la 354, de Montecarlo. A todas llevaron televisores y videograbadoras, videos infantiles, útiles, juguetes, ropa, calzado, enciclopedias completas, CPU, escritorios y cien kilos de alimentos por cada escuela. “Hay chicos que caminan muchos kilómetros para llegar a la escuela y a veces faltan porque se cansan mucho. Entonces les llevamos bicicletas, para trasladarse más cómodamente”, indicaron las voluntarias.Durante la visita a las escuelas también recorrieron las casas de la zona para conocer las huertas de los niños, que ya desde enero se habían comprometido junto a sus familias a armar y mantener. “A los que cumplieron su palabra les regalamos unas lindas pelotas de cuero de fútbol. Y hacemos esta estrategia porque si algo es cierto es que el asistencialismo solo no sirve, sino que es una manera de paliar necesidades más urgentes, pero sobre eso lo importante es incentivar la organización, tanto en la casa como en la escuela, y las huertas son una herramienta clave porque permite el autosustento”, destacó Mirna, señalando que a la escuela de Montecarlo llevaron máquinas de coser y telas y generaron talleres de costura para que las madres puedan confeccionar y arreglar prendas de los estudiantes, de sus propias familias y de vecinos.Logística en MisionesPara trasladar todo lo recaudado contrataron un gran camión que viajó repleto desde Buenos Aires hasta el corralón de materiales de la familia Wasiuk de Jardín América. Allí, por medio de una máquina pudieron descargar los 26 pallets con las donaciones. “El corralón fue nuestra base de operaciones y desde las escuelas, con colaboración de vecinos e incluso el intendente de Montecarlo, Julio César Barreto, se organizó para ir a buscar los paquetes destinados a cada institución”, detalló Mirna. “Sin esta colaboración nos hubiera sido imposible trasladar las donaciones porque los costos de los fletes son altísimos”, agregó. La voluntaria provechó para agradecer a Víctor Bruchón, responsable de Adra en Jardín América, quien las trasladó en su automóvil particular a las escuelas. “Él es nuestro contacto local, que nos pone al tanto de las necesidades de cada escuela”, agregó Mirna, destacando que los que deseen colaborar en Misiones pueden comunicarse con Bruchón al (03743) 461878.





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