BUENOS AIRES (DyN-NA). Las protestas en la Prefectura Naval y la Gendarmería Nacional fueron levantadas en las sedes centrales de ambas fuerzas tras una orden a los suboficiales para retomar sus puestos por tiempo indeterminado, hasta que lo disponga la superioridad, lo que en la jerga castrense se conoce como “planes de llamada”.La medida se concretó luego de difundirse la renuncia del jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad, Raúl Garré, hermano de la titular de la cartera, Nilda Garré, que fue formalizada mediante la publicación del decreto 1891 en el Boletín Oficial.Esta mañana, (por ayer) fue despejado el edificio “Guardacostas”, del barrio porteño de Puerto Madero, mientras que en el “Centinela”, sede de la Gendarmería en Puerto Madero, apenas quedaba una decena de agentes liderados por Raúl Maza.“Hay una batalla perdida, pero eso no significa que hayamos perdido la guerra”, dijo el gendarme, quien de todos modos aseveró que seguían con el reclamo.Según informó el propio Maza, la ausencia de uniformados en estos lugares se debe a que “los prefectos tuvieron planes de llamada”, lo que los obliga a permanecer en sus puestos por tiempo indeterminado hasta nuevo aviso.El gendarme, quien es uno de los voceros de los uniformados que reclaman mejoras salariales, añadió: “Tienen a la gente encerrada en los distintos puestos”. “Ni siquiera las familias pueden verlos. Los que estamos peleando por esto somos todos suboficiales. Nosotros no tenemos agua, nos sacaron los baños químicos, no tenemos luz. Recibimos amenazas constantemente”, advirtió Maza en diálogo al explicar que la orden se ha impartido también en Gendarmería.Dimisión del hermano de GarréRaúl Alberto Garré, jefe de Gabinete de asesores del Ministerio de Seguridad, presentó su renuncia al cargo, en medio de un fuerte conflicto entre la administración kirchnerista y las fuerzas de Seguridad.El hermano de la ministra Nilda Garré fue el encargado de escribir la resolución que modificó los salarios de las fuerzas, dando inicio a las protestas de la Prefectura y la Gendarmería, que se niegan a volver a sus cuarteles hasta no tener una respuesta a sus reclamos.La renuncia quedó plasmada a través del decreto 1891/12, que lleva las firmas de la presidenta Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete de ministros, Juan Manuel Abal Medina, y la propia Nilda Garré.Raúl Garré redactó el decreto 1.307/12, resolución que debía encargarse de regularizar la situación salarial en Gendarmería y Prefectura, pero su aplicación fue lo que activó la protesta que ya lleva ocho días, dado que efectivos y suboficiales de ambas fuerzas alegan que sus ingresos se vieron reducidos entre 30 y 60%. “Plan de llamada”El denominado “plan de llamada” que según los uniformados implementaron en las últimas horas en la Gendarmería y Prefectura para evitar que el personal siga en la calle, impone a las fuerzas de seguridad la obligación de estar “aprestos” a permanecer o presentarse en sus lugares de destino, bajo el requerimiento de la superioridad.Con esta medida, oficiales y suboficiales pueden estar en su guarnición o aún en su domicilio particular, pero siempre atentos para ser convocados por orden de su jefe.El “plan de llamada” incluye que quienes están francos de servicio deben presentarse rápidamente en su unidad de destino, aunque ésta sea un puesto fronterizo, en el caso de Gendarmería, o un barco, para los prefectos. La mayor rigurosidad alcanza a los viajes de una provincia a otro que deban efectuarse por cuestiones particulares y en esos casos, oficiales y suboficiales deberán pedir autorización para trasladarse, en lo que en la jerga se llama permiso de “salida de guarnición”.





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