PUERTO RICO. Es difícil encontrar un calificativo para tanta maldad. Bestial, brutal, inhumano, salvaje o cobarde parecieran demasiado piadosos para graficar el crimen de una niña de catorce años, a la que torturaron, violaron y mataron en un tramo de la oscura y casi inhóspita calle Pionero Kuhn, a unos 200 metros del nuevo acceso a Puerto Rico. Fuentes policiales identificaron a la víctima como Angélica Ramírez, domiciliada en el barrio San Francisco, de Puerto Rico. Asistía al turno noche en la Escuela 114.Las ropas desgarradas por el accionar bastardo de dos o más criminales anticipaban lo peor cuando la Policía acudió al escenario del horror.Para ese entonces habían pasado pocos minutos de las 6.40 de ayer, cuando un lugareño se topó con el cadáver a un costado del camino de tierra y llamó a los uniformados.A simple vista se podía observar la violencia del ataque. La víctima tenía el rostro desfigurado y parte del cuero cabelludo levantado, al parecer producto del botellazo que recibió estando aún con vida.Pero lo peor vendría después, con los primeros datos de la autopsia realizada por la médico forense Helga Sulamita Ledesma, en Puerto Rico.La necropsia confirmó que la niña había sido violada vía anal y vaginal, por dos o más criminales que no tuvieron piedad con el cuerpo “menudito” de la víctima, como indicó ayer una fuente consultada por PRIMERA EDICIÓN.Pese a que el rostro estaba desfigurado, el equipo forense encontró huellas de una conducta siniestra y hasta diabólica.La cara presentaba rastros de golpes, heridas de cigarrillos y hasta el seccionamiento de una parte de la oreja derecha.El homicidio se produjo en el mismo lugar donde encontraron a la víctima, que vestía una calza larga, una remera de mangas largas y un buzo blanco.En el bolsillo de esta indumentaria hallaron un protector bucal de silicona, que ella usaba en la práctica de hockey, disciplina a la que había asistido a dos clases.Cuando lo encontraron, el cadáver presentaba rigidez cadavérica, aunque las bajas temperaturas pudieron haber contribuido a esa circunstancia.En la óptica de los sabuesos, el deceso se produjo entre las 21 del miércoles y las 6.40 de ayer, es decir, lapso en que se produjo el último contacto de la víctima con su madre y la aparición del cuerpo.La zona donde hallaron a Angélica se caracteriza por una iluminación casi nula y prácticamente despoblada.Todo parece indicar que esa circunstancia fue aprovechada por los criminales para perpetrar un hecho espeluznante, que sin dudas quedará grabado a fuego en los anales de la criminología misionera. Ni bien se conoció la noticia del macabro descubrimiento, a un costado de la calle Pionero Khun, la Jefatura de Policía envió una comisión de la división Homicidios, dependiente de la Dirección Investigaciones de la provincia.No obstante, el caso está a cargo de la brigada de Investigaciones de la Unidad Regional IV, con asiento en Puerto Rico.Se labran actuaciones con intervención del juez de Instrucción 1 de Puerto Rico, Éctor Acosta, en una causa calificada preventivamente como homicidio calificado. Último contacto El último contacto entre la víctima y su familia se habría producido el miércoles, alrededor de las 21, cuando envió un mensaje de texto a su madre, Teresa del Valle.En el mismo le avisaba que esa noche no regresaría a su casa, en el barrio San Francisco (del Iprodha), y que dormiría en la casa de una amiga.Ayer los investigadores intentaban dar con la identidad y domicilio de esa amiga, para saber si llegó o no a destino.La madre se enteró por la radio que habían encontrado el cadáver de una niña y que desconocían su identidad. De alguna manera intuyó que se trataba de su hija.Hechos espeluznantesMisiones se vio sacudida en los últimos meses por una seguidilla de hechos atroces, perpetrados con una crueldad monstruosa.El 12 de julio pasado, a las 5.30, un changarín encontraba el cadáver de Liani Itatí Piñeiro (18) en un descampado de Puerto Esperanza.La autopsia confirmó que fue golpeada, violada y finalmente, degollada. El sospechoso del crimen de ahorcó en la comisaría.El 6 de agosto, en Santa Ana, a un costado del camino asfaltado que conduce al puerto, apareció el cadáver de Miriam Celeste Valiente (13). Fue abusada sexualmente y asesinada a golpes.Hay dos detenidos en averiguación del hecho.El pasado día 17, Posadas se sorprendía con el triple homicidio de María Fleitas y sus hijos Betiana (14) y Mauricio (10), cuyos cuerpos fueron enterrados en una fosa común, en la habitación de los chicos.Juan Orbino, ex hijastro y pareja de Fleitas, se entregó en la comisaría Sexta y confesó el hecho.Ayer la provincia volvió a sacudirse por otro caso aberrante, el crimen de Angélica Ramírez.





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