COMANDANTE ANDRESITO (Corresponsalía). “Era de noche, alrededor de las 22, venía caminando solo y tranquilo desde la casa de unos amigos hacia el domicilio de mi madre. De repente se detuvo frente a mi un móvil policíal del que bajaron cuatro uniformados, me pidieron los documentos y empezaron a gritarme y cuando abrí la billetera para exhibir mi documentación, confieso que asustado por la violenta forma en que fui abordado, me tomaron del cuello y me redujeron, luego me esposaron y me arrojaron dentro del patrullero. Me trataron como un perro, ni siquiera pude mostrarle mi DNI”. De esa forma y con tal angustia que constantemente se le entrecorta la voz, comenzó su relato Claudio Romero, un agricultor de 36 años que afirmó que su único delito fue caminar por la calles del pueblo. Sucedió en Comandante Andresito, donde este hombre dijo haber sido maltratado por la policía local. Desesperado por la situación que le tocó vivir, Romero se acercó a este Diario y aportó certificados médicos y copias de la denuncia que radicó en la Fiscalía de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, por “abuso de autoridad y apremios ilegales”. Seguidamente rompió el silencio y relató que una vez que fue detenido “me llevaron hasta la comisaría y luego al hospital, donde fui examinado, luego volvimos a la comisaría de Andresito, donde me dijeron que dejara todas mis pertenencias porque iba a ir al calabozo. Al preguntar los motivos de mi detención, un suboficial de apellido Antúnez me tomó fuertemente del cuello casi asfixiándome, por lo que me desvanecí momentáneamente. Cuando recobré la conciencia ya estaba tendido en el piso, boca abajo y esposado. Entre varios policías me trasladaron hacia el calabozo, donde antes de ingresar nuevamente el efectivo de apellido Antúnez empezó a cachetearme diciéndome “acá manda la policía” e inclusive intentaron sacarme los pantalones y los abrigos, desconozco con qué intenciones”.Por momentos, Claudio no puede seguir hablando, interrumpe su relato y rompe en llanto. Siente miedo, impotencia, dolor. Es un pueblo chico y teme represalias. “Una vez en el calabozo, me dejaron esposado a las rejas de tal manera que estuve obligado a permanecer de pie durante toda la noche, desde las 23 hasta las 8 de la mañana. Me dijo un abogado que eso es violación a los derechos humanos y tortura”. Para finalizar, manifestó que “me siento amedrentado y no me animo a ir al pueblo. No es la primera vez que esto sucede. Sin motivos me detienen, luego me esposan, me pegan, me torturan, tengo miedo, otros detenidos me dijeron que lo que me hicieron no es nada, que las palizas a otros presos suelen ser mucho más fuertes y severas. Temo sufrir algún tipo de represalia por parte de este suboficial Antúnez contra el que hago la denuncia, igualmente considero que él no es el único responsable, estoy asustado”. La denuncia ante la mencionada fiscalía fue radicada el pasado 3 de septiembre.





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