SAN JOSÉ. Afortunadamente sin víctimas fatales ni heridos de consideración, San José fue la más afectada por el temporal entre las localidades de la región sureña. En la mañana de ayer, una reunión de carácter urgente de los ediles del Concejo Deliberante concluyó en declarar la “emergencia” en el municipio por los destrozos ocurridos en distintas zonas del pueblo, tanto en ámbitos rurales como en el casco urbano. Voladuras y roturas de techos, cartelería y vidrios, caída de postes y ramas, fueron las postales recurrentes tras el paso del incidente climático que para muchos lugareños fue “el más fuerte de los últimos cincuenta años”. Algunos establecimientos escolares, en tanto, declararon el cese de actividades durante 48 horas debido a los destrozos en sus instalaciones, mientras que hasta ayer por la tarde todavía quedaban algunos sectores donde no se había restablecido el servicio de energía eléctrica, que al igual que el suministro de agua potable y de telefonía, se vieron interrumpidos por la afectación. Entre las estructuras afectadas se cuentan desde viviendas precarias -las de techo de chapa de cartón fueron claramente las más afectadas- iglesias e instituciones públicas como escuelas y el Centro Integrador Comunitario (CIC), donde se destrozaron todos los vidrios externos y se averiaron las cañerías. PRIMERA EDICIÓN arribó ayer a la localidad y recorrió las zonas más afectadas. “Nunca había pasado algo similar”En el acceso principal al pueblo se encuentra el tradicional comedor Los Huayra, esquina que además es parada de colectivos de mediana y larga distancia. El cartel característico, que tenía más de cuarenta años, se destrozó por completo con la granizada. También todos los vidrios del restaurante e incluso los de la vivienda anexa, terminaron totalmente averiados. “Fueron momentos de mucho pánico. Nunca había pasado algo similar. Pasamos mucho miedo, los vidrios estallaban y el ruido era tremendo, se mojó todo adentro. Ahora estamos todavía encontrando y juntando vidrios por todos lados”, relató la encargada del lugar. Voladuras y roturas de techoDecenas de viviendas sufrieron voladuras o roturas parciales de sus techos. Uno de los casos fue el de la familia Ezequiel, del barrio Malvinas. “El viento levantó la chapa de todo el comedor y la arrastró unos veinte metros. Se mojó absolutamente todo. Estamos esperando la ayuda”, comentó Rubén, jefe de familia que vive con su esposa y siete hijos. En el barrio Belgrano, junto a las vías del ferrocarril, en la zona más precarizada, se vio seriamente afectado. Una de las casas en las que el techo de chapa se agujereó por completo a causa del granizo, fue la de Toto González, quien detalló que “las piedras (por el granizo) rompieron todo mi techo. Hace seis años que vivo acá y estaba esperando que me cambien la chapa de cartón por una de zinc, como me prometieron en la campaña”, lamentó el hombre. Sobre la ruta 105, a pocos kilómetros de la entrada al municipio, la familia Fernández sufrió los embates del temporal. “Empezó a las 18 con vientos y estuvo como quince minutos granizando. Rompió todo el techo de chapa de cartón. Y ahí se mojaron todos los colchones, la ropa, los muebles, un desastre. Gracias a Dios nadie se lastimó, fue solo un susto, pero necesitamos ayuda para techar de nuevo”, indicó Orlando Fernandez. Terror en el CICInaugurado recientemente, el edificio del Centro Integrador Comunitario fue uno de los edificios públicos más afectados. “En el momento en que se desató el temporal había un grupo de jóvenes en las clases de apoyo que habitualmente se dictan. Se generó un pánico terrible porque estallaron todos los vidrios y fue todo muy ruidoso, pensamos lo peor. Además se destruyó el cartel de entrada y muchas cañerías externas, pero sobre todo hubo daños en los vidrios de los ventanales”, indicaron desde el CIC.





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