POSADAS (Por Esteban Abad). Esta es una historia con un protagonista pero con varias situaciones que la hacen variada, múltiple. Si bien sus inicios se remontan a más de medio siglo, el hecho que la pone en vigencia es la fiesta que la semana pasada celebró la familia Lenguaza en Posadas. Fiesta de la familia LenguazaDe distintos lugares del mapa llegaron 200 personas. Francisco Lenguaza, con Olga su esposa, lo hizo desde Bustamante frente a la iglesia Cristo Rey (chacra 32-33 de Posadas), donde vivieron solos, luego con sus hijos y ahora, trabajan en bordados de prendas de vestir y en los descansos juegan con los nietos. Muchos trofeos adornan armarios y vitrinas: “En 1975 fuí subcampeón argentino de 100 metros llanos en Rosario”, nos cuenta sin que preguntemos pero sin alardes y casi tímidamente. “¿Tiempo en esa distancia?” preguntamos; responde: “Once segundos”, pero agrega enseguida ,“como de los segundos o sub campeones nadie se acuerda seguí entrenando en Florencio Varela donde vivía y al fin en 1987 logré el campeonato argentino en 400 metros y los campeonatos integrando la posta 4 por cien y 4 por cuatrocientos”. Nieve frustrante“¿Alguna frustración como atleta?”, volvemos a preguntar. Responde “una muy grande. En 1987 la nieve me impidió representar a la Argentina”. Sorpresa. ¿Nieve en Florencio Varela? Lenguaza aclara de inmediato que la nieve era en el paso a Chile, allí entre Villa del Mar y Santiago se haría el campeonato sudamericano de atletismo, para el que Lenguaza había sido seleccionado ganando las carreras mencionadas, individual y en equipo de postas. Le sugerimos, para calmar las dudas, que podría haber tomado un avión o usar el plan B que siempre hay para estos casos. Respuesta final, “Es que por ese paso llegaba el correo a la Argentina, cuando tuve el telegrama avisando que el torneo se pasaba para una semana después ya no había nada que hacer”. Nuestro atleta – que se mantiene en forma trotando las cuatro avenidas -, es hijo de Graciniano “Nenito” Lenguaza, paraguayo que llegó a la Argentina desde Coronel Bogado y de Regina Cáceres, correntina, de San Carlos. Con sus hijos (Francisco, Carmen y Eduardo), se los veía en fiestas, autódromos y en la plaza Nueve de Julio vendiendo globos inflados con gas. La fiesta familiar de los Lenguaza finalizó con una suelta de globos que presentimos fue un silencioso pero visible homenaje al fundador de una rama de esa familia. Por ahora Francisco y Olga trabajan y cada año se regalan un viaje a Europa (ver foto de cabeza de página ), saborean buenos vinos y mariscos y al regreso se juntan con amigos a la mesa frente a las botellas españolas o francesas y una gran fuente de empanadas bien argentinas. Nenito Lenguaza, en un globo al cielo¿Dónde y cómo se habrá ido don Nenito sino, en un globo al cielo? Hace 90 años fue bautizado como Graciniano Lenguaza en Coronel Bogado. Joven llegó a Argentina y fue ferroviario, cirquero, mago y … vendedor de globos. El amor, de nombre Regina, lo esperaba en los yerbales de San Carlos, donde “a primera vista” fueron el uno para el otro y juntos vivieron 53 años. Con hijos, nietos y bisnietos formaban una familia radicada en varias provincias. Más Regina y Nenito siempre volvían a Posadas. Ella extrañaba y él, complacía. Ella quería y él, también.Tomando mate o tereré con los amigos Nenita inflaba globos a gas en la plaza 9 de Julio; grandes y chicos eran sus clientes. En la plaza, o en las fiestas de los pueblos, patronales, actos políticos fueron Nenito y Regina solos y después ellos y los hijos. Luego, los discípulos, que se iniciaban en los secretos del inflar y el vender globos y la ceremonia del mate, es decir, la exaltación de la amistad. “Los viejos” – un sobrenombre que más que por la edad se les puso porque eran un poco padres de todos los colegas más jóvenes -, dejaron un día de estar en la plaza o en los pueblos; de ir “a la costa” en enero. Regina, inmóvil, moría en un sanatorio, ella que era viajera incansable; él se iría después de un año de tristeza y de extrañar a su esposa de siempre. El 1 de junio, cumpleaños de Nenito Lenguaza, siempre se lo recuerda.Los que los conocieron miraron al cielo, Allá, muy lejos, un globo con enormes orejas de conejo sacado de mágica galera se hamacaba en el aire y sonreía, Hace unos días cerca de 200 Lenguaza se reunieron para "integrar la familia". Como cierre hicieron una suelta de globos. Nenito y Regina, etéreos, inasibles, sobre los pinares de la ex Posadas del Tiempo, sonreían (E.A.).





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