BUENOS AIRES (AFP-NA-Medios digitales). La justicia abrió ayer una causa para investigar denuncias contra un sacerdote por violaciones cometidas en perjuicio de al menos 50 seminaristas en Entre Ríos, en un hecho por el que la Iglesia manifestó "profunda vergüenza e inmenso dolor", en un comunicado. El procurador general del Superior Tribunal de Justicia de la provincia de Entre Ríos, Jorge García, inició la causa de oficio luego de la publicación de un artículo en una revista donde se denunciaban los abusos cometidos por el exprefecto del Seminario Mayor de Paraná Justo José Ilarraz, hace 20 años. Tras la publicación, el arzobispado de Paraná difundió un comunicado en el que reconoció los hechos, pero no informó si se habían iniciado actuaciones judiciales contra el acusado."Las últimas noticias periodísticas reavivan nuestra profunda vergüenza e inmenso dolor por faltas gravísimas cometidas por uno de quienes deben servir a la vida moral del pueblo, con su ejemplo y enseñanza", señala la nota. En cuanto al cura, la Iglesia señala que "se encuentra apartado del ejercicio de su ministerio hasta que la Santa Sede resuelva su situación". Sin embargo, la revista Análisis desmintió esta última aseveración con la publicación de fotografías recientes del sacerdote que lo muestran oficiando misa en una parroquia de la provincia de Tucumán (norte).El fiscal García explicó en declaraciones a la prensa local que la investigación se abrió de oficio para verificar las denuncias, pero adelantó que luego serán los afectados quienes deben decidir si quieren seguir investigando o no. Al menos 50 varones de entre 12 y 14 años que comenzaban su carrera religiosa fueron abusados entre 1984 y 1992, según la denuncia.Los casos a nivel mundialLa cantidad de denuncias por abusos sexuales por parte de religiosos de la Iglesia Católica llega "al menos a 32" en Argentina, aseguró Jorge Llistosella, autor de un libro en el que investigó esta problemática. "En los últimos 50 años, los casos de abuso a menores a nivel mundial ascienden a 9 mil. No obstante, debe haber más denuncias que nunca se hicieron públicas y, sobre todo, muchísimos casos en los que las víctimas no se animaron a denunciar", señaló Llistosella en diálogo con las agencias de noticias. "Con la anuencia del Vaticano, la Iglesia tiene una actitud sistémica: ocultar, amparar y silenciar los abusos sexuales cometidos por integrantes de su credo", aseguró el investigador. La opinión de un psiquiatraEnrique Stola, médico psiquiatra que asistió a los jóvenes abusados por el cura Julio Grassi, dijo a la prensa entrerriana que ese caso tiene similitudes con lo ocurrido en el Seminario de Paraná, donde 50 chicos de entre 12 y 14 años habrían sido abusados por el cura Justo José Ilarraz. Consideró que "los factores comunes tienen que ver con la complicidad de la jerarquía eclesiástica".En declaraciones al Servicio Informativo, Stola dijo en la Argentina y en América Latina en general ocurre que "por el peso político que tiene la Iglesia, existe una mordaza a los jóvenes, en general varones, víctimas de curas y obispos abusadores". Por ello, aseguró que "el patrón común ha sido el ocultamiento de esos casos" por parte de la Conferencia Episcopal Argentina. En ese sentido, celebró que en el Arzobispado de Paraná haya admitido, tras la investigación de una revista, que hubo abusos. Varios sacerdotes se sentaron en el banquillo de los acusados en Argentina en los últimos años, entre ellos Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción agravada de menores, cuando estaba el frente de una fundación para niños desamparados llamada Felices Los Niños.





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