POSADAS. Familiares de Héctor Kislo (35), el remisero asesinado de tres puntazos el 2 de septiembre de 2001, volvieron a reclamar por justicia a once años del sangriento episodio.“Mañana se cumplen once años y todo sigue igual. No hay absolutamente nada”, le dijo ayer a PRIMERA EDICIÓN María Laura Valenzuela, esposa de Kislo a quien este medio había visitado en septiembre del año pasado para contar el caso impune.La mujer reconoció que no pierde la esperanza pese al paso del tiempo, principalmente en que “confío mucho en Dios y algún día espero poder ver a los ojos al que le hizo esto a mi marido”.“Esto es desgastante. Nos cambió la vida a todos para siempre, pero no podemos bajar los brazos y dejar de pedir justicia”, contó Valenzuela, convertida en vocera del dolor que sucumbe a toda una familia.Kislo manejaba un remís en la madrugada del 2 de septiembre de 2001 cuando fue requerido para un viaje desde una bailanta de la avenida Cabred hacia el barrio San Lorenzo.Poco y nada se sabe desde entonces. Se cree que una pareja se subió al Chevrolet Corsa que manejaba la víctima e intentó robarle. El automóvil apareció por la mañana en Perito Moreno y Mariano Moreno. Las manchas de sangre en las butacas presagiaban la triste noticia. A las pocas horas, el cuerpo sin vida de Kislo apareció en Cabo de Hornos y Magallanes, en el barrio Sur Argentino. Lo habían matado de tres puñaladas.





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