POSADAS. Con la presencia del referente mundial de trasplante, el prestigioso nefrólogo director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de España, Rafael Matensanz; el vicepresidente del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), Martín Torres; el ministro de Salud Pública, Oscar Herrera Ahuad y el presidente del Cucaimis, Richard Malán, se desarrolló ayer en esta ciudad la Jornada Internacional sobre Procuración y Trasplante. En este ámbito, Matensanz contó cómo logró durante los 22 años que lleva al frente de la ONT convertir a España en el país con mayor cantidad de donantes de órganos y con la tasa más alta de trasplantes del mundo. “¿Cuáles son las medidas que suelen implementar los países para tratar de mejorar la procuración de órganos y no sirven para nada o muy poco?”, enunció el médico español para responder inmediatamente “una reforma legislativa, una amplia campaña publicitaria que apunte a la concientización de la población, la creación de un registro de donantes o la explicitación de la voluntad en documentos y carné… no existe una sola experiencia de algún país que haya mostrado que alguna de estas acciones hayan servido para algo”. ABC de la procuración Para Matensanz, “en los países donde no crece la donación es porque se considera que esta es el resultado de la generosidad espontánea de la población. El verdadero cambio que incide en una mayor procuración y trasplantes de órganos es la organización del sistema que haga funcionar como un reloj la cadena de la donación y trasplante que comienza en la unidad de vigilancia intensiva cuando una persona ha fallecido o va a fallecer en situación de muerte encefálica, en el mantenimiento hemodinámico del donante, el diagnóstico de muerte cerebral, la autorización de la familia, la extracción de los órganos y, finalmente, el trasplante de esos órganos. No importa dónde se rompa esta cadena, pues si eso sucede, no hay donantes ni trasplantes”. Las estadísticas españolas acompañan sus palabras: en los últimos años ese país europeo realizó un promedio de 106.000 trasplantes anuales”. Pese a todo destacó que en España, por cada trasplante que se concreta hay nueve personas que fallecieron en la espera. “La escasez de órganos es un problema mundial y, en este contexto, España es desde 1992, hace veinte años, el país con mayor índice de donantes del mundo con 35,3 donantes por millón de habitantes; y eso no se puede adjudicar a la generosidad de los españoles sino a un sistema de procuración y trasplante de órganos organizado”, argumentó.Un trasplante cada siete horas En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Martín Torres destacó la vigencia de la Ley del Donante Presunto desde 2006, que estableció un nuevo marco jurídico para la manifestación de la voluntad de donación “y lo más importante, que la voluntad del individuo debe ser respetada hasta incluso después de fallecido”. No obstante, para Torres esta ley fue un grano de arena y adjudicó un mayor impacto en el aumento de la procuración al Programa Federal de Procuración de Órganos, “que estableció que en cada hospital del país de alta complejidad, que tuviera neurocirugía y unidad de cuidados intensivos, hubiera una persona dedicada a la coordinación de trasplante, lo que llamamos el coordinador intra hospitalario de trasplante… y eso permitió la detección de los donantes. En los últimos cinco años hemos superado año tras año la tasa de donación anterior, hoy estamos en quince donantes por millón de habitantes, lo que permite que se haga un trasplante cada siete horas en Argentina. Sólo en 2011 se realizaron más de 1.300 trasplantes”. Según destacó Torres, a partir de 2003 el Incucai comenzó a trabajar en forma estrecha con el ONT de España “y eso nos permitió pasar de entre seis y siete donantes por cada millón de habitantes que teníamos en los 90 a los quince que tenemos en la actualidad”.





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