POSADAS. Las “despedidas de casados” se han convertido en una práctica que vienen cobrando bastante fuerza en la capital provincial. Esta especie de “celebración del divorcio” es como una “despedida” del casamiento y se estila regalar cosas que le van a servir a la persona que se está divorciando para empezar una nueva relación, “como para levantar el ánimo porque no se lo está viendo más como un fracaso, sino como el fin de una etapa que sirve para volver a empezar con todo nuevo”, explicó Lorena Distasi al frente Enriqueta, una casa de moda íntima. “Nosotros tenemos muchísima demanda por estas fiestas, porque como se le quiere levantar la moral a la amiga que está pasando por ese trance, entonces le regalan mucha lencería hot, porta ligas, los geles lubricantes, espumas de baño, y contamos con una línea de perfumes que tienen la cualidad de atraer al sexo opuesto”, describió. Para el empresario Ramón González de RG Fotografías y Eventos, “este tipo de fiestas tienen una organización cada vez mejor, si bien no son como las otras fiestas tradicionales en las que se contrata un servicio de catering, las fiestas son cada vez más frecuentes. Si bien son pequeñas reuniones de no más de 30 personas, en especial los allegados que quieren levantar la moral, principalmente de las divorciadas, y la acompañan para brindar tras la ruptura. Una cenita erótica, un espectáculo de striptease masculino y bebidas libres es el plan más demandado por las recién separadas, que suelen tener entre 30 y 45 años. En cualquier caso, en Posadas todavía no hay locales bailables o pubs que se animen a ofrecer un servicio específico para estos casos, como por ejemplo sí existen en otras grandes capitales del país. Un punto de vista muy diferente a la cuestión brindó el psicólogo de Familia de nuestro medio, Raúl Quisamás para quien “se divorcia el que alguna vez estuvo junto a alguien, y quien celebra el divorcio realmente no estuvo así. Porque todo divorcio, desde el más conflictivo al menos conflictivo es una disolución a un proyecto de vida”.“Desde el punto de vista saludable no se podría celebrar esto, ya que el amor podrá tener distintos matices, pero siempre sigue siendo el amor y cuando dos personas se aman, deciden vivir juntas y construir una historia y cuando en un momento determinado se produce una crisis de pareja, la separación, si se llega es porque el vínculo se ha roto y todo eso significa dolor, donde la risa aparece como una cuestión más maníaca, como síntoma patológico y no como el aceptar el dolor que significa que el proyecto que se tuvo no funcionó”, analizó. Para Quisamás “esto tiene más ribete de disparate, ¿qué se puede disfrutar de un divorcio?, se preguntó a la vez que sostuvo “se puede disfrutar del nacimiento de un hijo, de la construcción de una nueva relación, del amor de una pareja”, añadió.“Desde el punto de vista psicoanalítico, cuando se trata un divorcio, lo que se trata es un duelo, se trabaja con todo lo que esto significa. No estoy de acuerdo con que la situación sea como para celebrarlo”, aclaró el doctor. Una moda importada de los EE UUEl ritual de celebrar el divorcio lo iniciaron las mujeres en EE UU por moda, marketing o diversión.Esta práctica para fortalecer la autoestima ya se ha extendido por toda América Latina y Europa, aunque es difícil calcular su implantación porque muchas veces la fiesta consiste en una cena casera y una noche de juerga en cualquier discoteca.Quienes apoyan estas celebraciones argumentan su importancia en que es más un apoyo psicológico que económico, ya que permite que la separación deje de ser una tragedia y sea sólo otra fase del ciclo vital.





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