PUERTO IGUAZÚ. Hasta anoche poco y nada se sabía de los dos delincuentes armados que en la mañana del domingo se tirotearon con un policía en el acceso al Área Cataratas del Parque Nacional Iguazú, en un fallido intento de robar la recaudación de las entradas.Fuentes cercanas a la investigación del caso confirmaron a última hora de ayer a PRIMERA EDICIÓN que ante los resultados negativos, el numeroso grupo de efectivos -del que también forman parte uniformados del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía- comenzó a “abrir” la búsqueda más allá del cerco que había delimitado momentos después del hecho.En tanto, un portavoz comentó que una de las principales hipótesis que manejan los detectives hablaría de que los delincuentes serían de la zona, más allá de la moto que dejaron abandonada en el lugar del hecho.La Kenton de 150 cc., muy común en Paraguay pero que fue hallada sin patente, definitivamente habría sido traída del vecino país por los delincuentes, si es que los mismos realmente son oriundos de Puerto Iguazú.La teoría que dice que los ladrones son de la zona se apoya en el hecho de que presumiblemente conocían con exactitud los movimientos dentro del Parque Nacional y sabían que en el Chevrolet Meriva que atacaron a tiros viajaba una importante suma de efectivo.Sin embargo, tampoco es probable que hayan actuado solos. En ese sentido trascendió que por estas horas los investigadores tratan de “atar cabos” para llegar a uno o más “entregadores”, quienes habrían brindado información confidencial a la pareja de violentos ladrones.El episodio sucedió alrededor de las 11.30 del domingo, en el camino de acceso al Área Cataratas, a unos 500 metros de la intersección con la ruta nacional 101.Por ese lugar circulaba un Chevrolet Meriva gris en dirección a Iguazú, conducido por un empleado de 45 años de la firma UTE “Iguazú Argentina”, a cargo de la concesión del Parque Nacional.El conductor viajaba acompañado de un agente de Policía de 27 años que cumplía servicios de seguridad, ya que en el automóvil llevaban una importante suma de dinero que no trascendió y que pertenecería a la recaudación.Al llegar a un reductor de velocidad, el empleado aminoró la marcha. En ese momento dos sujetos que simulaban reparar una motocicleta al costado del camino extrajeron armas de fuego y, a unos quince metros de distancia, comenzaron a disparar sin mediar palabras. Rápido de reflejos, el efectivo se bajó del vehículo y respondió a la agresión con el arma reglamentaria. La balacera duró varios minutos hasta que finalmente los forajidos desistieron y escaparon hacia el monte, abandonando la moto y sin llevarse nada.La imagen del Meriva lo dice todo. El automóvil sufrió por lo menos doce impactos que dejaron su sello de muerte y que confirman que todo pudo haber terminado una masacre.El policía terminó con una herida de bala en el tórax, mientras que el empleado sufrió dos impactos en la zona superior de los pectorales. Milagrosamente, ninguno de los dos está en peligro y ambos se recuperan en el hospital local.





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