PUERTO IGUAZÚ. La Delegación Técnica de Parques Nacionales junto al Comité de Control del área Cataratas y la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (Ceiba), con sede en Iguazú, firmó esta semana un convenio para la realización de un plan de manejo en el Parque Nacional Iguazú.El programa actual para el área debe ser actualizado, ya que data del año 1988. El director de la Delegación NEA de la APN, Andrés Bosso, afirmó que “se trata de generar estudios que permitan mejor manejo del área”. Eso incluye no solamente la protección de la fauna y flora, sino también determinar la capacidad de carga del área Cataratas, teniendo en cuenta el desborde de la temporada turística de julio con el incremento de visitantes.“Tenemos que ver que las obras de mañana impacten lo menos posible en el ecosistema, si bien es visitado por un millón y medio de personas también es frágil”, aseguró Bosso incorporado recientemente como director del NEA. Cuestiones vinculadas a la isla San Martín también representan gran importancia para los profesionales, por lo cual Bosso indicó que “son lugares frágiles que tenemos que ayudar a proteger. Regular el uso público es uno de los temas”.Los últimos números de visitas en el área alarmaron bastante a los ambientalistas y más aún con las ideas de ampliar el circuito de pasarelas debido a la demanda de turistas. “Se va a estimar con ese trabajo la capacidad de carga del Parque, no tenemos que transformar esto en un parque de diversiones que es lo que ocurrió en estas vacaciones con pico de 12 mil visitantes”, comentó el profesional.Hace 25 años que no se actualizaba el plan de manejo y esta tarea en conjunto demandará algún tiempo para el cual también se trabajará en la concientización del sector empresarial. Una vez determinada la capacidad de carga, determinarán que “las empresas de turismo vendan en función del cupo que establezca parques”.Pero más allá de establecerse un cupo, los ambientalistas se preocupan por el comportamiento de los animales en un área declarada maravilla natural y que pretende seguir siendo lo más natural posible. “Hemos adquirido insumos vinculados al estado sanitarios de coatíes porque hay mala práctica de los visitantes y se ha tornado una mala práctica para los coatíes de ingerir alimentos humanos, si bien parece simpático puede ser perjudicial para humanos como para la fauna que estamos protegiendo”, adelantó Bosso. “Queremos minimizar el impacto de las aves en superficies vidriadas porque ellos ven reflejado el ambiente y se estrellan”, remató.





Discussion about this post