POSADAS. El teatro negro convirtió al auditórium del Instituto Montoya en una gran carpa de circo en la que los protagonistas iluminaron con vistosos colores escenas que fueron entrelazando técnicas circenses y clown. Los cinco payasos que integran el grupo Kukla montaron el viernes el Circo Fokus Bokus ante la mirada atenta de los niños que ya comenzaban a despedir las vacaciones.Entre cuadro y cuadro una tenue luz asomaba en el escenario, los personajes daban vida a los momentos donde se pudo disfrutar de la acrobacia. Mientras que los monitos también hicieron sus morisquetas robando sonrisas a los más pequeños. Con un manto de asombro apareció el domador de leones y detrás el rey de la escena, entre momentos de humor dieron vida a lo que sucediera hace muchos años en los circos reales. Por detrás y a oscuras los personajes se movían con velocidad para no dejar nada librado al azar. Momentos especiales, como el payaso que va narrando con su cuerpo el momento de aparición en el mundo del circo, también se entrelazaron con la alegría que mostraron los más pequeños al ver cómo unos zapatos iluminados se movían de un lado al otro formando figuras tridimensionales que se entrelazaban con las tiras de colores delineadas por la carpa superior del circo.Por una hora el espectáculo trajo cada momento de un circo real. Y, como era de esperar, la magia se hizo presente con una gran galera y manos que se movían haciendo aparecer y desaparecer objetos. En ese mismo tramo la galera se convirtió en una especie de atrapa sueños, donde uno de los payasos imitaba su andar en las olas del mar. La música que acompañaba dejaba en el aire ese momento enérgico y ponía alegría al ritmo de los tambores. Para el final el público fue recibido por los payasos en el hall del instituto.




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