POSADAS. Con el propósito de revertir la alta tasa de abandono del tratamiento de los pacientes diabéticos, los especialistas del hospital Madariaga organizan charlas comunitarias sobre los temas que más preocupa y afecta a los pacientes y sus familias. El objetivo es que los diabéticos se constituyan en un grupo de autoayuda que se reúna periódicamente no sólo para participar de charlas dictadas por profesionales de diversas disciplinas como endocrinólogos, nutricionistas, kinesiólogos, entre otros; sino también para escucharse y ayudarse entre ellos pues la mayoría sufre problemáticas comunes. Las charlas se realizan los primeros viernes de cada vez. “Me molesta que mi familia compre alimentos que yo no puedo comer”, confió una de las mujeres que participó de la charla mientras los otros asentían compartiendo la expresión. “A mí que me controlen la cantidad que como”, dijo otro. La consigna era contar aquello que provocaba malestar, “el primer paso para enfrentar lo que nos hace mal es expresarlo”, recordó la psiquiatra Mariel Haseitel que brindó una charla sobre diabetes y depresión. “La angustia oral comienza el día del diagnóstico”En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Haseitel confirmó que es muy frecuente que los diabéticos sufran estados depresivos y angustia. “La angustia oral comienza el mismo día en que se diagnostica la diabetes y se advierte que hay cosas que no se podrán comer. Esta angustia oral es común entre los diabéticos, fumadores, obesos y alcohólicos”, señaló.No obstante, la psiquiatra hizo hincapié en la diferencia entre el bajón moral y la angustia. “Es normal que tengamos un bajón, pero debe durar minutos, horas o un par de días. Si ese bajón persiste más de dos o tres días, lo llamamos angustia. La angustia impacta muy fuerte en las personas que la sufren: cambia su visión porque sólo se preocupan de ‘eso’, no se permite ver otras oportunidades. También cambia su manera de escuchar… sólo se escuchan a sí mismos, son sus peores jueces. También cambian su forma de hablar, asumen una actitud de resignación. Pero las excusas y quejas sólo te hacen permanecer en el mismo lugar. Es como si nos pusiéramos cómodos viviendo en forma angustiante. La persistencia de este estado afecta las relaciones interpersonales pues la persona se aísla, siente mucho enojo y lastima a los que están más cerca… saca lo peor entre las personas que más quiere. La angustia se evidencia además en el aspecto exterior de quien la sufre pues descuida su cuidado personal. Se siente en cuerpo, tiene síntomas como el dolor de cabeza, de espalda, mala digestión, insomnio y temblores”, describió. Lamentablemente, según advirtió, las personas con angustia suelen buscar ayuda profesional cuando ya sufren episodios de pánico “vienen a mi consultorio después de un año, con crisis de pánico. Otros, los casos más graves, llegan al borde de la muerte porque no aceptaron que son diabéticos y nunca se cuidaron… llegan ciegos, con pie diabético, coma diabético o demencia vascular. Esto es lo que tratamos de prevenir con estas charlas”. Técnicas de ayudaHaseitel recordó numerosas técnicas para controlar la angustia oral: “hay que hablar, expresar lo que me molesta. Debemos aprender a administrar los recuerdos, a no darle más cabida a los malos que a los buenos”. La psiquiatra aconsejó mantener la tranquilidad ante los problemas que se presenten “siempre superamos los problemas, por eso estamos aquí. No hay que paralizarse ante las dificultades, además debemos ver el lado bueno de cada situación ¿Tienen un lado bueno ser diabético? Pues sí, nos obliga a comer en forma saludable. Es importante asumir una actitud y disposición correcta… y recordar que no podemos tener el control de todo”.




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