PUERTO IGUAZÚ. Recientemente nombrado director de la Delegación NEA de la Administración de Parques Nacionales, el Dr. Andrés Bosso, aportó reflexiones vinculadas al nuevo anuncio de construir la represa Baixo Iguaçú a PRIMERA EDICIÓN. ¿Qué impactos sobre el ecosistema del parque nacional Iguazú generaría la construcción de la represa Baixo Iguaçú?El anegamiento de un sector aproximado a 13.000 hectáreas ya de por sí es un cambio considerable en el flujo de agua a nivel regional. Y si bien probablemente afecte zonas ya degradadas, va a impactar en un área que ya viene siendo diezmada como nunca antes. La tasa de destrucción de hábitat del bosque atlántico o selva paranaense muestra valores alarmantes que nos deben invitar a que, además de pensar en nuestra sociedad estratégica en términos comerciales, lo hagamos también en cuestiones ambientales. Especialmente fortaleciendo lo ya conservado a nivel regional y eso implica también las áreas protegidas provinciales.Desde ya que nuestros países y provincias deben desarrollarse pero tenemos que hacer lo imposible para que este desarrollo considere el futuro del escenario que lo genera: nuestros ambientes naturales. ¿Puede Brasil, mediante dicha represa regular el caudal de cataratas?En realidad podemos decir que el caudal ya lo está regulando. Conocemos ya diferencias de niveles no sólo mes a mes, sino de un día para otro. La situación puede significar una merma significativa del flujo de agua y, por lo tanto, generar un impacto negativo sobre la calidad de la visita. La “postal” de las Cataratas que los visitantes quieren ver y disfrutar es con agua. No son las cataratas secas. Y si lo fueren, la causa debería ser natural y no decisiones comerciales por venta de energía. Tenemos que planificar el uso del territorio considerando también su conservación, las áreas naturales ya creadas y el uso público que millones y millones de personas (tantas como las que consumen energía) hacen de estos espacios.Las variantes continuas de caudal ¿qué efectos produce sobre flora y fauna?Es muy buena pregunta y pensamos que nuestros hermanos brasileños deben tener la respuesta precisa. Lo digo con cierta ironía. En las últimas semanas, al menos, no pude conocer informes de impacto ambiental de la obra que descuento existen. Pero en la región y en otras represas se han detectado impactos directos previos a la construcción, como incremento de cacería y deforestación y luego, ante el anegamiento, reducciones de hábitats, corrimiento forzado de individuos, disminución de poblaciones, incluso extinción de especies. Asimismo, la aparición de especies exóticas y la abundancia de otras que aunque autóctonas, mejoran su hábitat y por competencia “desleal” desplazan a las originarias. ¿Hay presencia confirmada de algas en el río Iguazú? ¿Qué significan las mismas para el oxigeno del agua y la vida de peces?Sí, nuestros equipos pudieron constatarlo y en este momento están siendo analizadas las muestras ya tomadas. Los peces nos indicarán en este caso el tipo y la magnitud del impacto. Esperamos tener resultados en breve, que compartiremos con nuestros vecinos. ¿Cómo podrá intervenir Parques Nacionales o la Argentina en el control de funcionamiento de la represa?Siendo una obra que incide en un río compartido con un país vecino, tanto nuestra Cancillería como la Administración de Parques Nacionales seguirán de cerca el tema y también la Provincia y la Secretaría de Ambiente de la Nación tienen roles que cumplir. Pero además, tenemos que trabajar juntos con el Parque Nacional do Iguazu en cuestiones de fondo para que esta maravilla compartida sea también manejada de manera conjunta.En este momento, se está produciendo algo que he dado en llamar la “bristolización” de las Cataratas, en referencia a la playa Bristol de Mar del Plata, siempre colmada. Hay un incremento fantástico del turismo en Misiones que tiene en Iguazú su punto culminante. Esto está impactando negativamente en la calidad de la visita. Si además proyectamos una situación incierta respecto a la calidad del paisaje, las consecuencias se las pueden ir imaginando.En lo personal, ¿tiene posición sobre la construcción de represas en Misiones?Sí, absolutamente. Necesitamos energía. Para hacer este artículo, para que los lectores lo lean, para conservar la naturaleza incluso para crear parques nacionales. Pero desde adolescente a mediados de los 80 vengo trabajando a favor de la conservación de la naturaleza de la región y en aquel entonces las represas en el litoral aparecieron como temas ambientalistas relevantes. Urugua-í, proyecto en el que participé de bien joven cuando relevamos toda la cuenca con el Museo de Ciencias Naturales, implicó un paradigma distinto. La pérdida de un sitio único en Misiones pero también el nacimiento de un movimiento social que creció en un sistema de áreas protegidas y un Ministerio de Ecología, además de una compensación clara como lo fue la creación del Parque Provincial Urugua-í.Yacyretá en su momento, con sus 160.000 hectáreas anegadas y escasa compensación en temas de biodiversidad debe todavía saldar su deuda ambiental aportando a la escala de su impacto. El pueblo de Misiones hace varios años se pronunció públicamente en contra de represas, principalmente en vinculación a Corpus. Y tenemos que escuchar esas voces y obrar en consecuencia haciendo un reconocimiento del escenario completo. Pensando en escenarios donde todos ganen.¿A qué se refiere específicamente cuando habla de escenario completo?Me refiero al desarrollo energético del litoral y su aporte al desarrollo del país. Esta asignatura debemos pensarla de la mano de la conservación de la biodiversidad. Sabemos que hay intenciones de comenzar a explorar hidrocarburos en nuestro litoral, incluyendo Misiones y Entre Ríos. Hay proyectos de represas en Garabí, cada tanto renace Paraná Medio, Yacyretá elevó su cota. En fin, necesitamos estudiar el escenario, evaluar la necesidad real de la demanda de nuestro país a largo plazo y, en cada una de las situaciones, si hay obras que favorecen más de lo que condenan a nuestro país, sembrar el mapa de compensaciones para que la diversidad biológica no sea solamente pagador de estas transformaciones si no también beneficiaria. Porque crear reservas efectivas de gran superficie en Campo San Juan y otras áreas del sur de Misiones, incrementar los controles de los parques provinciales misioneros ya creados y concretar un gran parque en Iberá e
n Corrientes o la Selva de Montiel y los manchones de selva ribereña e islas del río Uruguay en Entre Ríos (Salto Grande nunca compensó una hectárea) también serán signos de desarrollo en un país bendecido por la naturaleza en los cuatro puntos cardinales.




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