MADRID, España (AFP-NA). El modelo de las comunidades autónomas, símbolo de la diversidad de España y uno de los pilares de su democracia, expone ahora sus límites debido a las deudas que obligan a las regiones a recurrir a la ayuda del Estado fragilizando al país e incluso a la Eurozona.“El problema de las regiones hace más probable que España necesite un rescate global”, ya que se suma al endeudamiento del Estado central y a las dificultades de la banca -que recibirá una ayuda europea de hasta 100 millones de euros-, afirma Christian Schulz, analista de Berenberg Bank.La mayoría de los analistas señala octubre como la fecha límite para que el país se encuentre en suspensión de pagos.Lo cierto es que, aunque se resistan a llamarlo “rescate”, varias comunidades autónomas reconocieron necesitar ayuda exterior para hacer frente a una deuda colosal, del 13,1% del PIB regional a finales de 2011, es decir, 140.100 millones de euros (unos 172.000 millones de dólares).La Comunidad Valenciana desató una nueva ola de pánico en los mercados el viernes al ser la primera en presentar una demanda oficial de ayuda al fondo de 18.000 millones de euros creado a este efecto por el Estado central.A esta petición seguirán las de otras regiones, amenazando con agravar la deuda del país, que debería situarse cerca del 80% del PIB a finales de año.Así, Murcia reconoció que se plantea pedir ayuda -200 o 300 millones de euros- y también debería hacerlo Cataluña que, según su presupuesto 2012, debe reembolsar 5.755 millones de euros de deuda en el segundo semestre. Valencia necesita por su parte 2.883 millones de euros en el mismo período.“La situación de las comunidades, que parecía bajo control a principios de año, se ha deteriorado” y de las “17 comunidades autónomas españolas, seis pedirán ayuda al Estado”, considera Cyril Regnat, analista de Natixis.Emilio González, profesor de estructura económica de la Universidad Autónoma de Madrid, va más lejos. “Tienen que pedirlo también Castilla-La Mancha, Andalucía, posiblemente Baleares, posiblemente Asturias”, enumera. “Con la excepción de la Comunidad de Madrid y posiblemente Aragón, prácticamente todas”. Durante los años de bonanza económica, algunas regiones gastaron enormes cantidades, construyendo edificios sin ocupantes, carreteras que no llevan a ningún lado, aeropuertos sin aviones, hasta el estallido de la burbuja en 2008.




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