POSADAS. Ni los consumidores ni comerciantes encuentran la novedad en la reciente autorización “oficial” de incremento de precios de hasta un 9% en productos de la canasta familiar, hecha por el Gobierno nacional. Es que esa cifra se queda corta cuando se repasan las subas sólo de julio de este año en las góndolas de los comercios misioneros.“Los aumentos están previstos por segmentos: 3% en productos básicos; 6% en ‘selectivos’ y 9% en ‘premium’. Son acuerdos, los segundos en lo que va del año, que se firmaron pero no opta que las mismas marcas que acordaron con el secretario de Comercio no hayan aumentado sin autorización, con lo cual los precios están ‘acordes’ con los valores de la inflación”, explicó a PRIMERA EDICIÓN el presidente de la Unión Argentina de Consumidores (UCA), Fernando Blanco Muiño.Su opinión coincide con los datos brindados por Nelson Lukoski, comerciante posadeño, a este diario sobre los aumentos: “Es costumbre que cada mes y medio o dos meses se aplique un ‘retoque’ y si no estás al tanto te descapitalizás y perdés el stock. En algunos casos ya se encuentran desde los primeros días de julio. Sería un poco la oficialización de algunos incrementos previstos, principalmente en yerba, aceite y vino, que tuvieron subas del 10 al 12% y no de un 9”, advirtió.Para Blanco Muiño, la defensa del consumidor se puede ejercer “preservando el poder adquisitivo comprando en lugares donde se pueda acceder a precios más bajos y sino directamente cambiando muchas veces su forma de vida, sus dietas y la de la familia. Lamentablemente no hay otras alternativas”.Aumentos de hasta 100%Nelson Lukoski dio ejemplos de la canasta básica. El primer lugar de la suba lo ocupa la harina, que aumentó “entre un 10 y 15%. Un kilo de harina costaba entre 1,80 y 2 pesos y ahora costará 2,30 a 2,40. Todos sabemos que la harina es un producto base para otros, como fideos y otras pastas que seguramente van a tener otro aumento”. Efectivamente, ayer fuentes de la Cámara Industrial de Panaderos posadeña anticiparon que hoy se reunirían para analizar otra posible suba en el precio del pan.“Pero en general la canasta ha tenido en lo que va del año de un 20 a 25% de aumento en general”, afirmó el comerciante. Por esta razón, “la gente se inclina a consumir productos más baratos, más económicos, que todavía existen en las góndolas”, dijo para revelar que “en el último mes y medio se notó la baja del consumo, especialmente en aquellos productos que por ahí la gente consume de manera especial, como postres o frutas y verduras que por la época del año los precios suben más de un 100% por el frío y la escasez. Hubo un aumento muy considerable por ejemplo en la papa (100%), el tomate y el choclo (20%). Por eso, se consume menos. Pasa con el queso, los dulces y otros postres, porque a la gente ya no le alcanza”.Lukoski contó además que el aceite está más caro y sigue sin conseguirse. “El aceite subsidiado, que cuesta entre 4,50 a 5 pesos no se consigue. Cuando el precio real anda por los 7,50 a 9 pesos y aún así no se consigue desde hace más de un año. Los mayoristas te entregan a cuenta gotas acompañado de otro producto y nos arreglamos vendiendo una botella por persona, como se viene haciendo hace rato”.Sobre las tendencias de los consumidores, Lukoski dijo que entre su clientela “se volcó a consumir pollo, que tiene mejor precio, como el pescado de río”. Agregó que “hay segundas y terceras marcas muy buenas. Hay intermedios, de mediana calidad. Después hay productos malos que no podemos consumir: yerbas intomables, leches sin condiciones de seguridad en la elaboración. El precio excesivamente barato tampoco es bueno”, aseguró.Lita pasó a la historiaAnte cada aumento, cómo no recordar el consejo de Lita de Lazzari: “Hay que caminar y buscar precio”. Para Blanco Muiño, de la UCA, el consejo ya es historia. “Caminar es bueno porque hace bien a la salud, lo cual no tenemos certeza que sea igual para el bolsillo. Pero, indudablemente, lo que tenemos que discutir como país es el modelo de comercialización que tiene Argentina, que tiende a fuertes concentraciones de tres a cuatro jugadores por cada segmento, que son formadores de precios que por más que uno camine, los productos no tienen una gran variación. No se trata sólo de firmar acuerdos de precios sino de generar mejores condiciones de competencia para que el consumidor tenga mayores posibilidades de elegir y en la competencia se tienda a la baja”.Finalmente, el titular de la entidad de defensa de consumidores advirtió que los aumentos seguirán. “Nosotros venimos de un proceso inflacionario de tres años en donde la inercia misma hará que en el segundo semestre la pauta inflacionaria lamentablemente se mantenga. Es muy difícil retraerla en tan poco tiempo, por lo cual la expectativa es cerrar el año con una inflación que orille el 25% anual, lo que es muy preocupante, muy alto”, aseguró.Y pidió no acostumbrarnos a estos niveles de inflación: “Advertimos desde la UCA que nos preocupa la tendencia hacia la naturalización hacia estos números. Nos preocupa que la sociedad argentina se está acostumbrando a porcentajes que en otras economías son impensadas. Tenemos un 25% de inflación anual, alarma no digamos nada y miramos con pasividad. En el comparado con otras economías, más o menos normales, el 25% es la suma de ocho a nueve años de inflación. Hay una cuestión cultural y los medios tienen una gran tarea para evitar el acostumbramiento que necesariamente desemboca en un escenario económico complicado”, dijo.





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