POSADAS. Tras poco más de un año de viaje por América, en junio regresaron a su tierra, Oberá, Mónica de Paula y Juan Zacharzuk (Nene), el matrimonio aventurero que decidió cumplir su sueño de conocer Alaska, después de haber unido ese distrito de EEUU con Ushuaia. Es decir, recorrieron de punta a punta América. En noviembre de 2011 publicó este diario la historia de esta pareja misionera que decidió pasar “una luna de miel distinta” y festejar sus treinta años de amor con un viaje inolvidable, ahora ellos mismos cuentan, pero ya desde de su casa en la Capital del Monte, cómo fue el regreso y compartieron las fotos que publicaron en su muro de Facebook “De Misiones por América”, espacio por el cual hicieron viajar a más de uno por la red de redes. Incluso su aventura y vivencia impulsó a otros a decidirse a vivir una historia como la de ellos y conocer lugares soñados.Mony (como la llaman todos) contó a PRIMERA EDICIÓN que la experiencia que vivieron fue increíble. “El 7 de junio llegamos a Oberá. Nosotros habíamos salido en mayo de 2011 y fuimos por rutas de la costa pacífica hasta llegar a Alaska. El 16 de septiembre pegamos la vuelta e iniciamos el regreso”. Hicieron 85 mil kilómetros de viaje, pasaron por treinta aduanas hasta llegar a la última, la Foz de Iguazú, Brasil, desde allí llegaron a Puerto Iguazú, Argentina, donde los esperaban sus tres hijos para darles la bienvenida.“Impresionante pensar lo que hicimos, anduvimos por el desierto, nos perdimos en el desierto, nos enterramos en arroyos, patinamos en la nieve, cruzamos cordilleras y jamás pinchamos una goma, jamás nos engripamos”, contó Mony sobre el viaje. Explicó que cuando decidieron el viaje y les contaron a sus familiares y amigos: “Muchos nos decían que era peligroso, que nos iban a matar, pero todo fue tan bueno que nunca tuvimos un problema. Pasamos la ruta de México, las más temida, como no teníamos plata no íbamos por las autopistas, íbamos por los caminos laterales y ahí te aparecían los retenes militares, encapuchados con ametralladoras, te frenaban de a diez el auto y veíamos como golpeaban los motores de los autos para saber si llevaban droga, pero nosotros nunca tuvimos problemas, te impresiona ver, pero nunca nos retuvieron, tal vez porque nunca demostramos miedo. A veces había retenes cada diez kilómetros”, dijo.Después de una travesía inolvidable, Mony afirmó que la clave de este tipo de aventuras es: “Nunca un reproche y tener en claro que pase lo que pase todo está siempre bien y seguir para adelante y los sueños se cumplen. Creo que si bien pasamos las mil y una con respecto a la parte económica, eso fue lo que fortaleció todo y lo volvió mucho más aventura. Fue cumplir un sueño”, afirmó. Es que ellos son propietarios de un negocio y Nene es jubilado, entonces se manejaban con el dinero que tenían, además, sus hijos (los tres profesionales) ayudaban con lo que podían, pero realizaron esta travesía “con lo justo”. Por eso recalcan que la “amabilidad de los latinoamericanos es increíble, hicimos tantos amigos, son cálidos y solidarios, no así los anglosajones, que si no tenés dinero en efectivo te cierran la puerta en la cara. Muchas veces dormimos en la camioneta con un frío bajo cero, porque no querían alojarte y esperar que podamos sacar la plata al otro día”, explicó Mony. Nieve, montañas, frío, playas, arena, sol, frutos de mar, frutas tropicales, todo formó parte de esta experiencia que compartieron con el mundo por medio de Facebook. Hicieron tantos amigos que ya comenzaron a llegar aquellos que por recomendación de ellos decidieron venir a Misiones y conocer la tierra colorada, especialmente las Cataratas del Iguazú, lugar que promocionaron con su camioneta, donde habían colocado el “voto cataratas” para una de las Maravillas Naturales del Mundo. Nene y Mony prometen volver a viajar, “pero ya no por tanto tiempo”, afirman.




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