SAN VICENTE. Un trágico accidente vial destruyó en cuestión de segundos a una conocida familia de San Vicente, después de que tres hermanos perdieran la vida en un violento despiste ocurrido durante la madrugada de ayer sobre la siempre peligrosa ruta provincial 13.El dato que le agregó aun más dolor al triste episodio surgió al conocerse que Javier Pereyra Dos Santos (33), un conocido abogado de esa localidad y quien manejaba el vehículo, tenía previsto casarse ayer. Justamente, él y sus hermanos, Lisandro (22) y Álvaro (20), regresaban de la despedida de soltero que un grupo de amigos le brindó en El Soberbio cuando todo sucedió.Fuentes del caso informaron que el siniestro vial se produjo alrededor de las 2 de ayer sobre el kilómetro 20 de la ruta provincial 13, a 30 kilómetros de San Vicente y a unos 20 de El Soberbio.Los Pereyra Dos Santos regresaban a casa a bordo de un Toyota Corolla que era guiado por el mayor de los hermanos, quien perdió el control del rodado por razones que hasta anoche no estaban del todo claras. Entonces, sobrevino una secuencia terrible. Los especialistas en Criminalística de la Policía provincial llegaron a la conclusión de que el vehículo despistó y chocó contra un árbol en medio de una alocada carrera que terminó de un violento impacto contra un murallón de piedras.Producto del tremendo choque, los tres ocupantes del Corolla salieron despedidos y sufrieron gravísimas lesiones que le costaron la vida en forma instantánea.Si bien hasta ayer no se sabían con certeza los motivos del accidente, los primeros análisis indicaron que el conductor no tenía rastros de alcohol en sangre.De una u otra manera, la tragedia volvió a apuntar contra el deplorable estado de la ruta provincial 13. A una calzada angosta y plagada de baches e irregularidades se le suma la falta de mantenimiento de las banquinas. Esas condiciones, junto al peligro propio de una zona de curvas y pendientes pronunciadas, transforman ese camino en un verdadero desafío para el más experimentado conductor, sin contar con la humedad que el asfalto presentaba a esa hora.Efectivos de la Unidad Regional VIII, con asiento en San Vicente, de las comisarías cercanas y de Criminalística trabajaron en la escena por varias horas en busca de pistas que develen la mecánica del tremendo accidente.En horas de la mañana y por orden del magistrado Demetrio Cuenca, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de San Vicente, los cuerpos fueron entregados a sus familiares para la ceremonia de inhumación, que se llevaba anoche ante el llanto de toda la ciudad. Una conocida familia quebrada por el dolorLos familiares y allegados a los hermanos Pereyra Dos Santos no encuentran consuelo mientras llevaban adelante el duro trámite de despedir para siempre a los jóvenes.Según trascendió ayer, Javier, Lisandro y Álvaro habían viajado hasta El Soberbio para la despedida de soltero del primero, que había sido organizada por un amigo muy cercano, también especialista en leyes.La reunión se llevó adelante horas antes de la fiesta de casamiento, que finalmente quedó trunca. Es que ya estaba todo listo para que Javier Pereyra Dos Santos contraiga matrimonio ayer en San Vicente con Norma Verónica Alvira, con quien compartía varios años de convivencia, la profesión y dos hijas que habían nacido producto del amor que se profesaban.Javier y Norma vivían junto a las dos pequeñas en el barrio Malvinas Argentinas de San Vicente y ayer debía ser el día en el que su amor finalmente quedaría sellado en papeles, pero el destino decidió un trágico final.La pareja de abogados logró notoriedad pública en 2007, cuando asesoró a Luis Aníbal Benítez, en ese momento jefe comunal de la localidad. Tras lograr que el alcalde permanezca en el cargo después de la polémica quema del edificio municipal, ambos continuaron como asesores del municipio y, según comentaron ayer, aun seguían colaborando con el ex intendente.La notoriedad y el prometedor presente del joven letrado había dado que hablar incluso en su familia. Quizás por eso sus dos hermanos menores, Lisandro y Álvaro, habían decidido seguir sus pasos y estudiaban abogacía en una conocida casa de estudios de Posadas. Al primero le faltaban unas pocas materias para recibirse, mientras que el menor de los tres cursaba los primeros años de la carrera.En San Vicente, los tres eran conocidos prácticamente desde su adolescencia. Todos cursaron sus estudios secundarios en la localidad con varias distinciones.La localidad del centro de la provincia se encontraba anoche conmovida por el inesperado suceso, que llenó de dolor a propios y extraños. Casi todos los habitantes estaban de duelo, un luto que se podía palpar principalmente en el estudio que tenía Javier y en la conocida mueblería que es propiedad de su padre, que funciona al lado de donde trabaja su hijo.





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