POSADAS. “Es como si cayera un avión cada semana, porque en el país mueren 140 personas por semana. Es una cifra muy alta”. El doctor Germán Fernández, jefe de Emergentología del hospital Fernández de Capital Federal, visita la provincia invitado por la Fundación Osde para brindar charlas preventivas sobre seguridad vial y adicciones. La última de ellas será a las 10, en el auditórium del Instituto Los Lapachos de Puerto Esperanza.Previo a las conferencias, dialogó con PRIMERA EDICIÓN sobre las paradojas de la cultura del “a mí no me va a pasar”, que hacen que cada día decenas de familias deban llorar la muerte de sus seres queridos en las rutas.Según indicó, las cifras por incidentes de tránsito con muy altas. Se calcula que en Argentina hay veinte muertos por día por siniestros de tránsito. Son 140 muertos, es como si se cayera un avión todas las semanas. La cifra es tremenda.Pero cuando uno ve el número de muertos, se desarrolla lo que se llama pirámide de la injuria. Esto significa que por cada muerto, hay al menos diez heridos graves que necesitan internación y un 50% quedará con secuelas permanentes.¿Y cuáles son las causas predominantes?En Argentina se calcula que en la mitad de los siniestros las personas habían ingerido alcohol.Hay estudios que demuestran que el 98% de las causas de las colisiones es por factores humanos. Porque el conductor va a alcoholizado, porque supera velocidades permitidas, o porque explotó el neumático, donde la pregunta es si el vehículo estaba en condiciones de viajar o no.Entonces, si los siniestros son por errores humanos, se podían haber prevenido, es decir que no son accidentes, ¿no?Cuando uno habla de “accidente”, se refiere a algo que no se puede evitar, no se puede prevenir. ¿Sería el caso en que se cruza un animal en la ruta?Uno podría llegar a decir eso, pero otro podría preguntar: “¿no tiene que estar alambrado al lado de la ruta, por lo tanto no debería haber animales sueltos?” O sea que también se pudo haber prevenido. Por eso es preferible hablar de siniestros, que son los hechos de tránsito que ocurren cuando no se tomaron todas las medidas de precaución para evitarlos (exceso de velocidad, distracciones, mal estado del vehículo o de la ruta, etcétera).Y en prevención de estos siniestros, ¿cómo estamos a nivel país?En Argentina, como el mundo, no tenemos una cultura de la prevención…¿Más bien tenemos una cultura del “Dios aparte”?Sí, una cultura del azar, del “a mí no me va a pasar, le va a pasar a otro”. Porque somos difíciles de usar los medios de prevención. El cinturón de seguridad, ¿cuánta gente lo usa realmente? ¿Y cuánta gente lo usa en el asiento de atrás? Hay métodos de seguridad que no están siendo usados y esto aumenta la accidentalidad. Por eso digo que la persona que usa el casco en el codo, tiene en claro que lo tiene que usar en la cabeza y entonces, ¿porqué lo usa en el codo?Y esos métodos preventivos no se usan a pesar de que están comprobados…El cinturón de seguridad reduce la mortalidad en un 45% y si el vehículo tiene airbag, sube la defensa a un 70%. Por otro lado ¿cuántos simulacros de incendio se realizan en las escuelas, en los lugares de trabajo?Muy pocos, sino ninguno…¿Vio?, es que no hay una cultura de prevención, entonces lo que necesitamos es un cambio de mentalidad, que hay que hacerlo de a poco, en las escuelas, el trabajo, pero hay que hacerlo. Es un cambio cultural.Pero todo se hace cuesta arriba cuando el consumo de alcohol continúa aumentando El alcohol en la población joven aumentó muchísimo. Estamos viendo un incremento en la ingesta, no es el alcoholismo crónico sino la ingesta de grandes cantidades de alcohol durante el fin de semana.Un chico que bebe de jueves a domingo, ¿se lo puede considerar alcohólico?La definición de alcoholismo crónico tienen varias instancias. Adicción es cuando uno a pesar de saber que esa sustancia -cualquiera sea- le está haciendo mal, lo consume en forma compulsiva. Consumo que cada noche comienza en las “previas”…Lo que veo yo en la gente joven es que ha ligado la diversión al alcoholismo. O sea, yo voy a divertirme al boliche pero previamente tengo que ingerir alcohol porque sino no me divierto. Nada más lejos de eso. Porque la sociedad, la publicidad ha mezclado las dos cosas: alcohol y diversión. Ese es el concepto de la previa. Nos juntamos, bebemos y nos divertimos. Y el segundo problema de las previas es que se hacen en las casas, entonces muchos chicos van y vuelven al boliche manejando alcoholizados y es la asociación ideal de los siniestro de tránsito.¿Qué salida se puede proponer para contrarrestar esa realidad?Lo primero es explicar que el alcohol y la diversión no tienen nada que ver. Con eso no vamos a lograr que dejen de tomar, pero al menos es empezar a hablarlo en la mesa, en familia. Y después, dar consejos generales: “Si bebió, no conduzca”, y “si bebió no se suba al coche de alguien que conduzca alcoholizado”, porque ese es un pase seguro a la muerte. Y después la autoridad policial, controlando, midiendo los niveles de alcohol en los conductores. Y si al alcoholizado le saca el coche, automáticamente baja el consumo. Todas esa medidas en simultáneo ayudan a bajar la mortalidad que es el objetivo. QuemadurasLos primeros pasos que se hagan en el lugar del hecho son decisivos para reducir las secuelas. Según Fernández, en un primer momento hay que apagar el fuego usando una manta -de algodón, no de telas inflamables. Luego sacar la ropa de la zona afectada para evitar que siga quemando la piel. Luego rociar a la persona con agua limpia y fresca, como agua mineral y consultar al médico urgente. No colocar cremas, aceite, dentífrico, mermelada, huevo, etcétera. “Esos son mitos que no sirven, es parte de una no buena transmisión de lo que hay que hacer o no en caso de quemaduras”, señaló.





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