El conductor de un automóvil y sus dos ocupantes se salvaron milagrosamente de una horrenda muerte al escapar por una ventanilla del vehículo en el que viajaban, que había caído al arroyo Vicario en plena tormenta.El insólito hecho ocurrió durante los primeros minutos de ayer en inmediaciones de Francisco de Haro y Martín Fierro, por donde Franco Machado (40) circulaba junto a su hijo de 21 años y un compañero de este, de 20.Como en ese momento se abatía un fuerte temporal de lluvia y viento en la capital provincial, la falta de visibilidad y la crecida del curso de agua confundieron a Machado.“Como llovía y no se veía nada, no vimos que terminaba el puente y caímos al agua”, contó en exclusiva el hombre a PRIMERA EDICIÓN en la mañana de ayer.La enorme cantidad de agua que se acumuló en la calle junto con la crecida del Vicario engañaron al automovilista, quien se vio privado de distinguir hasta donde llegaba la calzada.“Caímos y enseguida se empezó a llenar de agua. La fuerza del agua empujó el auto contra el puente y ahí fue que se rompió el parabrisas y una de las ventanillas por donde logramos escapar”, recordó Machado sobre la verdadera trampa mortal en la que se transformó el Chevrolet Corsa de su propiedad, que quedó inutilizable.Afortunadamente, Machado y los jóvenes no sufrieron lesiones de gravedad y en la mañana de ayer fueron con asistencia mecánica para rescatar el automóvil.Bajo la luz del sol, el hombre revivió el hecho y aseguró que en el lugar “hace falta una baranda, un guardarail o por lo menos un pasamano, porque cuando llueve y crece el caudal, no se ve absolutamente nada”. Vecinos de la zona sostuvieron que esta no es la primera vez que sucede un accidente así.





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