PARAJE JUANITA, San Pedro. La Escuela 876 del Paraje Juanita está ubicada a la vera de la ruta 17, a mitad de camino entre las localidades de Pozo Azul y Bernardo de Irigoyen. Sus orígenes son similares al de muchas escuelas rurales: ante la necesidad de los chicos de asistir a una escuela y la larga distancia hasta los establecimientos existentes, los padres, con mucho sacrificio, donaron los materiales y el trabajo para su construcción, levantando así el predio para que sus hijos puedan estudiar.Actualmente la escuela cuenta con más de 100 alumnos, todos hijos de productores rurales y muchos de humilde condición económica y, según manifestaron los padres, hace ya un tiempo dejó de brindar el servicio de comedor para los chicos habiéndolo reemplazado por un somero desayuno y merienda para los turnos de mañana y tarde.Ante el reclamo de los padres, la directora, Soledad Saldaña, habría expresado que disponía de insuficientes fondos, entre 1.500 y 2.000 pesos mensuales, para brindarles el comedor a los a los estudiantes, pero los mismos alumnos y los padres podían observar cómo la misma directora y los docentes almorzaban frugalmente todos los días y disponían de una cocinera especial para ellos.Compras sospechosasNo conformes con la explicación, los padres le solicitaron a la tesorera de la cooperadora las facturas de compra de mercaderías y descubrieron entonces que dentro de las compras efectuadas muchas veces figuraban carne, pollos, y otras mercaderías que no correspondían a lo consumido por los chicos. PRIMERA EDICIÓN se acercó hasta el Paraje Juanita y se contactó con algunos padres de la comunidad. Una de las madres indignadas es Claudia.“En esta escuela siempre hubo comedor, por eso nos llamó la atención que de un momento para otro se suspenda y se pase a dar sólo desayuno y merienda, por eso pedimos una reunión, en principio para que nos de explicaciones al respecto”, indicó. Recordó que “en esa reunión, le solicitamos que nos presenten las facturas de las compras y ante nuestra sorpresa vemos que en las facturas figuraban compras de bife, muslos, carne picada, ensaladas, mientras que a nuestros chicos les daban leche aguada. Las compras del mes de mayo sumaban 5.900 pesos. ¿Cómo nos va a decir que no alcanzaba esa plata para darle de comer a nuestros chicos?”. Carlos, padre fundador de la escuela, aseveró que “nosotros pensamos que se tiene que ir esta directora, esto no es de ahora, nosotros nos fuimos hasta el mercado donde se efectuaban las compras y nos enteramos que esto sucede desde el año pasado, esto es un robo que les están haciendo a los chicos, hay muchos que necesitan esa comida que les están sacando de la boca”. Paulina, madre de dos alumnos, también apoya esta postura “queremos que se vaya, no la queremos ni como docente ni como directora”. Según manifiestan los padres, en la reunión y ante la confrontación con las evidencias, la directora cuestionada admitió el mal gasto de los fondos y ofreció reintegrarlos, respuesta que no es suficiente para ellos que reclaman el alejamiento de Saldaña de la institución.“Borrón y cuenta nueva”Este último jueves se llevó a cabo un encuentro en el predio de la escuela con la asistencia de los padres, la directora Saldaña y la supervisora María Teresa Gómez. En la reunión los padres pidieron el alejamiento de la directora pero, para sorpresa de estos, el planteo de la supervisora fue totalmente opuesto.La supervisora habría reclamado a los padres el hecho de haber concurrido a los medios locales (FM Arandú y FM San Martín) a denunciar aduciendo que “se ensuciaba a la escuela”, como si hubiesen sido los padres quienes actuaron mal. Luego de una votación en la que sólo tres padres sobre más de cuarenta presentes, levantaron la mano para aprobar la continuidad de la directora al frente de la escuela, se labró un acta donde los pocos que quedaron presentes (pues la mayoría se retiró ofendido) aceptaron, según palabras de la supervisora “darle una nueva oportunidad a la docente” y se acordó que la denunciada devuelva parte del dinero sustraído. La mayoría de los padres está disconforme con esta medida que apunta a invisibilizar las irregularidades en el manejo de los fondos enviados por el Consejo General de Educación para refuerzo alimentario de los alumnos.Fátima, una de las madres que asistió a la reunión con la directora y la supervisora, opinó que “esto es inexplicable, descubrimos que se robaba la plata, cuando no tuvo más remedio reconoció que lo hacía ¿Y va a seguir en su puesto? Yo me siento humillada”.





Discussion about this post