POSADAS. Hay temas que es mejor soslayar en el tratamiento deliberativo y en los que el oficialismo hace valer su preeminencia para acallarlos. Es lo que sucedió ayer, cuando desde la oposición se planteó el tratamiento preferencial para cuatro iniciativas tendientes a acotar la actividad de las salas de juego y casinos en la ciudad, ajustándose a lo establecido en la Carta Orgánica Municipal (COM), tras su revisión hace dos años. Ésta limita el horario de apertura de las salas de juego a doce horas: de 18 a 6.Ocurrió en el transcurso de una sesión donde, incorporando los dictámenes por fuera del orden del día, se estableció la obligación de que en las oficinas abiertas al público debe existir un intérprete del lenguaje de señas para sordos e hipoacúsicos y se creó el Registro de Administradores de Consorcios de Propiedades Horizontales.Permisividad limitadaPero el debate central se dio en torno al primero de estos temas, cuando Rolando Rubleski (TP) solicitó un pronto despacho para cuatro expedientes relacionados a regular las salas de juego y casinos en la ciudad y a respaldar toda acción destinada a la toma de conciencia en la problemática de la ludopatía. Ya allí la presidenta Magdalena Solari intentó acotar sus palabras solicitando que secretaria lea las carátulas de los expedientes para hacerlos votar seguidamente. Aunque el concejal continuó con su planteo crítico a la proliferación del juego y a que sus principales víctimas pertenezcan a los sectores de menores ingresos y jóvenes “que falsean su edad”, forzando una respuesta oficialista.Fue José Moglia, primero, y Mario Florentín, después, quienes, apoyando el pedido de tratamiento especial plantearon sus discrepancias. Moglia, expresando su acuerdo con las iniciativas, aunque advirtiendo que difería con las soluciones planeadas; y Florentín, destacando los beneficios que se prestan a la Provincia con los recursos provenientes del juego.A lo que se sumó Hernán Damiani (UCR) para fustigar el cambio de política que se adoptó en ese campo desde los 90, desvirtuando ese propósito social al dirigir sus ganancias al sector privado. “Cuando con 27 años fui presidente del Instituto de Lotería (a mediados de los 80) el ingreso era de 7,5 millones de dólares mensuales y hoy esa cifra que percibe la entidad con suerte alcanza los 3,5 millones de dólares por año”, aseveró. “Se ha convertido a muchas ciudades en verdaderos garitos”.Pero la discordia se dio cuando, tras él, intervino Gabriel Nielsen (TP), quien fustigó duramente la política que en esa materia se encara desde la Provincia. “Se hace difícil tratar de solucionar un problema cuando hay falta de voluntad del Gobierno provincial”, dijo, mencionando la publicidad que sobre el juego se realiza en los medios de comunicación oficiales.Sin dejarle terminar, Solari interrumpió sus palabras, justificándose en el reglamento y en su permisividad hasta el momento, dio por finalizado el debate y puso a votación la moción de preferencia. Resultó afirmativa: en tres semanas el tema volverá con dictamen al reciento. Y la sesión siguió su curso. De eso no se hablaAparece como una constante en el Concejo Deliberante local, pero toda vez que se plantea debatir algún tema que pueda rozar al Gobierno, desde el oficialismo se insiste en que las discusiones deben darse en comisión y no en el recinto. Una y otra vez se intenta soslayar ese cambio de opiniones a la luz pública que pudiera significar alguna crítica a la política gubernamental o develar algún detalle que los incomode. Más aún si los temas tocan algunas cuestiones sensibles, pero que debieran ser públicas como, por ejemplo, las recientes negativas a explicaciones en el recinto sobre el presupuesto, el balance del ejercicio o la reformas al código fiscal municipal. Olvidan que el recinto es el ámbito ciudadano que debe servir de foro para los representantes del pueblo y que la transparencia es una garantía necesaria para el buen ejercicio de la democracia.





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