APÓSTOLES. El 27 de marzo del corriente año, en el marco del acto inaugural de una escuela en el barrio Lomas del Mirador, el referente del asentamiento El Callejón, Carlos Aquino, hizo entrega de un petitorio y un proyecto al vicegobernador de la provincia, Hugo Passalacqua. Se trata de un “Proyecto de Viviendas y condiciones habitacionales dignas”, en el cual los vecinos pusieron de manifiesto que “no contamos con los servicios básicos como ser agua potable domiciliaria y acceso a la energía eléctrica. Somos familias trabajadoras que luchamos por acceder a una realidad habitacional acorde a los derechos humanos consagrados tanto en nuestra Constitución Nacional como en nuestra Carta Orgánica Municipal”. PRIMERA EDICIÓN, que viene difundiendo a través de varias notas la dramática situación y acompañando la lucha de estos vecinos, fue testigo de aquella entrega aún sin respuesta. “No tuvimos ninguna respuesta. Y acá la situación es desesperante, por eso los vecinos estuvimos a punto de salir a cortar una ruta, hace unos días cuando tuvimos el caso de tres niños internados con problemas pulmonares, a los que los propios médicos dijeron que tendrían que irse a vivir a otro lado para poder estar sanos”, explicó Aquino. “Esa vez nos atendió muy bien la secretaria después del acto, le entregamos el proyecto y dialogamos con don Passalacqua, que nos dijo que se iba a encargar porque para eso estaba. Nos fuimos muy ilusionados y les informé a todos los vecinos. Pero pasó el tiempo y no hubo ninguna respuesta y nuestro caso es urgente” agregó. “Hace diez años que nos dan sólo promesas”Días atrás, abrumados por la compleja situación que se vive en el asentamiento -ubicado detrás del conocido barrio Andresito- un grupo de madres, niños y padres del barrio, estuvo a punto de abordar una medida de fuerza extrema para darle visibilidad al reclamo. “Todo estalló cuando en pocos días tres niños fueron internados, con problemas pulmonares y uno con bronquiolitis. En los tres casos los doctores que atendieron a las criaturas, cuando le contaron las madres donde vivían, les dijeron que tienen que salir de ahí, porque es un lugar muy húmedo y donde las casas no tienen agua ni luz, los chicos no pueden nebulizarse, no pueden estar limpios, y eso les hace mal. Ahí las madres dijeron basta y estuvimos a punto de cortar una calle o una ruta”, contó Aquino, acerca de una situación que pudo evitarse, a raíz de que los vecinos decidieron sobre la marcha ir a la casa del intendente, Mario Vialey, distante a pocas cuadras de la villa. “Fuimos a la casa del intendente, nos tomamos ese atrevimiento, porque era lo último antes de cortar la ruta. Y ahí el intendente se comprometió a gestionar o ya está gestionando la compra de un terreno donde nos dijo que nos iban a reubicar. ¿Pero mientras tanto? Entonces pedimos al menos una canilla pública más, un alumbrado porque es todo oscuro ya que no hay luz, limpieza, porque el barrio es un capuerón, leña y chapa de cartón, porque las casillas están muy mal”, explicó la vecina Mariana Franco, madre de uno de los niños que debió ser internado. El presidente del barrio agregó que “hace diez años que sólo promesas recibimos. Acá hay gente trabajadora que puede pagar su agua , su luz, si hay que pagar una casita que nos hagan un plan especial, también podemos trabajar, estamos dispuestos, pero queremos que entiendan que no podemos esperar más, la gente quiere una respuesta concreta, ver hechos, porque palabras es lo único que nos han dado en diez años”. Intervención del municipioLuego del diálogo que los vecinos de El Callejón elevaron al intendente Mario Vialey, éste se acercó a recorrer la villa, reafirmó su compromiso de gestionar nuevas condiciones habitacionales en un nuevo lugar -ya que el lugar es un camino público donde viven hacen más de diez años- y cumplió en llevar importantes cantidades de costaneros y maderos que los vecinos utilizan como leña. Además, a través de Obras Públicas se procedió a la instalación de un pilar para una canilla pública, ya que en el barrio hay una sola, y hay vecinos que quedaban hasta a 300 metros de la misma. Sin embargo, todavía no se instaló la canilla. Los vecinos además esperan que “también pongan aunque sea un poste con una farola, acá es totalmente oscuro de noche, nunca hubo luz ni en las casas ni en las calles”.





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