La búsqueda de responsables del escándalo de los motores diésel de Volkswagen se aceleró ayer dejando en primera línea al presidente del gigante alemán, Martin Winterkorn, en una posición precaria según medios y analistas.Winterkorn se reunió por la mañana con el “presidium” de cinco miembros del Consejo de Vigilancia de VW en la sede del grupo en Wolfsburgo (norte), para sacar las conclusiones de la crisis.El líder mundial de la venta de automóviles reconoció el martes que había instalado en once millones de vehículos diésel de varias de sus marcas un software especialmente diseñado para falsear los datos de los controles de polución..En la Bolsa de Fráncfort, sus acciones registraron una caída espectacular de 35% entre el lunes y el martes.





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