El asombro, ese lugar donde nacen todas las preguntas, se hace presente apenas uno arriba a Atacama, un lugar en el mundo donde el cielo parece más cerca y con un desierto donde uno se siente pequeño, parte de algo mucho más grande. Una vez allí, solo queda preguntar, disfrutar y emprender uno de los caminos hacia lo alto de las montañas, pero sobre todo abrir los brazos para agradecer.En este sitio privilegiado, pronto sabremos también que estamos en una región donde no existe un solo grado de humedad y por eso el aire es tan delgado y transparente.Las condiciones climáticas privilegiadas- la baja humedad, las altas cumbres y planicies, y la escasa contaminación lumínica.Atacama posee el récord mundial de noches despejadas al año, (solo comparables con las que pueden verse en Hawái) me comenta Lara. La gente se interesa cada vez con la astronomía y por la naturaleza. En las ciudades se vive cada vez menos en contacto con el medio ambiente y cuando vienen acá quedan cautivados al visitar el Valle de la Luna. La tierra es nuestro lugar y debemos cuidarlo. Lo que vemos en el cielo es el paisaje más grande y nos sentimos un pequeño grano de polvo flotando en un espacio inmenso. Pero si nos comparamos con el mundo de los átomos y moléculas también nos podemos sentir gigantes aferrada al primer telescopio, ya no pude dejar de preguntarme por los misterios del universo. Lara me sonríe, como vez, siempre nos reunimos en las alturas; amiga,HaikuLa noche abiertalo que vemos bajo el techoiluminado de Atacama.Colabora: Aurora Bitó[email protected]





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