POSADAS. Uno de los mayores productores mundiales de vacunas y antiofídicos, el laboratorio Sanofi Pasteur, confirmó que el año pasado dejó de elaborar los tratamientos para mordeduras de víboras y que las reservas alcanzarán hasta junio próximo. No obstante, esta noticia que generó muchísima preocupación en algunos países no repercutirá en forma significativa en el país o en Misiones (que junto a Santiago del Estero son las provincias de Argentina donde se registra mayor cantidad de mordeduras de víboras) porque hay producción nacional de antiofídicos. Según confirmaron a PRIMERA EDICIÓN el jefe del Programa Animales Venenosos de Salud Pública, Roberto Stetson; y el jefe de Departamento de Vigilancia Epidemiológica, Jorge Gutiérrez, el proveedor de antiofídicos de los hospitales de Misiones es el laboratorio nacional “Biol”.Stock en los hospitales “Todos los hospitales cuentan con un stock de antiofídicos y eso es elemental porque somos, junto a Santiago del Estero, las provincias con más accidentes con víboras ”, indicó Stetson en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “Para tener antiofídicos, es elemental que el centro de salud tenga una heladera y un médico que asista el tratamiento”, remarcó. La presencia del médico es imprescindible en la aplicación del antiofídico porque, “si su aplicación es incorrecta puede provocar muchas consecuencias en el paciente. Además, el médico debe evaluar en función de los síntomas qué antiofídico usar, si uno polivalente que sirve tanto para Cascabel como para tres tipos de Yarará (Yarará de la Cruz, Yarará Ñata y Yarará Chica”. Un antídoto especial para Misiones Según Stetson, en Misiones tenemos siete tipos de Yarará y “por ello, para nuestra provincia se fabrica un antiofídico especial que es un tetravalente”, detalló. Además agregó que el Instituto Malbrán también fabrica antiofídicos monovalentes, tanto para Coral como para Yarará. Al ser consultado sobre qué víbora es la causante de la mayoría de los accidentes, Stetson precisó que “el 96% de las mordeduras que registramos en Misiones son de Yarará, lo cual es un alivio porque la Cascabel es mucho más mortífera”. Las zonas Centro y Norte son donde suceden más accidentes ofídicos en la provincia. Horas clavesNo es elemental que la persona afectada reconozca el tipo de víbora que la mordió. Por supuesto tampoco es necesario que lleve el animal al centro de salud. “El médico está capacitado para identificar a la víbora por los signos y síntomas del paciente. En función de ello, debe evaluar si amerita o no la aplicación del antiofídico porque el tratamiento es muy peligroso si se equivocan los signos, en otras palabras: el antídoto es tan peligroso como el mismo veneno si está mal indicado”, advirtió Stetson. También, podrían suscitarse patologías concomitantes “que pueden surgir en el momento, por ejemplo, que del susto el paciente sufra un ataque cardíaco. Pueden aparecer patologías precedentes desconocidas que son desencadenadas por el veneno”. La víbora más venenosa es la Coral, “hay que aplicar el antídoto antes de cumplirse las cuatro horas de la mordedura. Por suerte, los accidentes con esta víbora son rarísimos”. La Yarará te da un margen mayor, de hasta doce horas, para el inicio del tratamiento antiofídico. No obstante, según precisó Stetson “no en todos los casos es necesario aplicar el antídoto. La mortalidad con Yarará sin aplicar el suero es del 20%. Pese a que no es tan mortal como el de la Coral, el veneno de la Yarará es muy necrosante, es decir, destruye mucho tejido, altera la piel y la coagulación; puede dejar trastornos difíciles de corregir”. En promedio, se registran en Misiones entre 160 y 200 casos anuales que se tratan en hospitales, “lamentablemente recibimos muy pocos datos del sector privado de la salud y de las obras sociales”.





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