CÓRDOBA (Medios digitales). Se unieron con un objetivo claro: estafar a una familia que no podía defenderse. Eso hicieron 15 vecinos notables de la rica ciudad cordobesa de Morteros, acusados de quedarse con una herencia millonaria que dos hermanos y su mamá, los tres con problemas mentales, habían cobrado en 2008.El caso comenzó a ser investigado en 2011, luego de que una chica denunciara que había sido abusada y que dormía en la calle. La fiscal a cargo de la causa, Bettina Croppi, logró identificar a la víctima. Era Lucía Clemente. Vivía en una casa destruida por los años y la humedad junto a su hermano, Nélson, y la madre de ambos, Liliana. Pero había algo que no cerraba: a pesar de haber heredado plata y propiedades, los tres estaban en la ruina. La historia volvió a ser noticia hace algunas semanas, luego de que fuera detenido en Tucumán el último prófugo de esta gran estafa: el parapsicólogo Pedro Benjamín González (37).Además de “El Brujo” –como conocían al parapsicólogo en el pueblo– en las reiteradas estafas estuvieron involucrados el ex presidente del Colegio de Abogados de Morteros; un abogado que trabaja en el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos; una escribana, el dueño de una radio y un canal de TV; productores rurales, propietarios de concesionarios de autos, un contador y un juez de Faltas. Los 15 sospechosos fueron imputados por “aprovechamiento de incapaces”. A tres de ellos se les amplió la acusación por estafa. Según publicó ayer el diario Clarín, la cinematográfica historia se remonta a 2004. Ese año, el carpintero Nelson Clemente heredó una pequeña fortuna de un tío. Un campo valuado en más de US$ 2 millones. Divorciado de su esposa Liliana, quién lo había denunciado por el presunto abuso sexual de su hija Lucía; Nelso Clemente se mudó de Córdoba a Morteros y allí construyó una casa sobre la calle Illia al 300. Mientras, vivía del alquiler del campo de 150 hectáreas dedicado a la explotación lechera.Cuando murió, en 2008, su viuda Liliana y sus dos hijos, Nélson y Lucía, que tenían 26 y 17 años, regresaron a Morteros. Allí heredaron el campo, la casa, un automóvil modelo 2005 y dinero en efectivo. Fue el comienzo de la tragedia.“En el pueblo los conocíamos cariñosamente como ‘los loquitos Clemente’. Aprovechando las discapacidades mentales de los Clemente, los productores rurales Daniel y Sergio Rocchiccioli les compraron a un precio irrisorio la mitad del campo, propiedad de Nélson. El juez de Faltas de Morteros, Diego Scamagnan; y el dueño de Televisora Centro Morteros y la radio LRJ 200, Evelio Masut, se quedaron con la casa de calle Illia. Como parte de pago, entregaron dos viviendas destruidas.Esa propiedad había sido “curada” por el parapsicólogo Pedro González a cambio de varios miles de dólares: la mujer y sus hijos reventaron a martillazos el jacuzzi, luego de que “El Brujo” les dijera que allí se escondía el diablo.Además del apoderamiento del campo y de la casa, hubo otros engaños: Norberto Leiva y Marcelo Butigliero, dueños de las concesionarias, les compraron a Nelson autos baratos y se los vendieron caros. Hubo más: les cobraron una pizza $ 500 y le llegaron a facturar $ 1.000 por una clase de manejo.





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