La mayoría de los conflictos y cambios vitales como por ejemplo, sufrir una afección de la piel implican estrés y la posibilidad de enfermar a nivel psiquis y cuerpo ya que están interconectados.El estrés está definido como un estado de tensión, sobreesfuerzo y agotamiento, presente en todos, pero exigido más allá de lo normal es un riesgo porque puede transformarse en una enfermedad a través de la somatización.La piel, verdadero órgano de expresión y a la vez el más extenso de nuestros órganos con sus funciones exclusivas, es la barrera epidérmica que permite la relación constante con el medio externo e interno interpretándolo como parte constitutiva de nuestro yo. Casi todas las enfermedades de la piel como el vitiligo, psoriasis y acné afectan el aspecto físico, siendo muy difícil ocultarlo especialmente en el rostro.Generan menor rendimiento laboral, educativo, depresión, baja participación deportiva y hasta ideas suicidas. Sensación de vergüenza, burla, humillación e incluso permanente rechazo porque a veces los demás tienen la impresión de contagio. En otras ocasione se puede traducir como un estado de autoagresión, sudor excesivo, eritemas repentinos etc.El acné ocurre en una etapa de la vida conflictiva, de muchos cambios psicofísicos y emocionales por eso acarrea un problema psicológico y a veces ideas suicidas.La psoriasis reconoce factores desencadenantes como el estrés y situaciones conflictivas.Desde el punto de vista estético, el estrés puede reflejarse en un rostro pálido con un cuerpo contracturado, arrugas profundas que a veces no son coincidentes con la edad, toman la actitud de estar enojados permanentemente con un enojo interior, todo esto influye negativamente sobre los mecanismos inmunológicos.La psicología, la psiquiatría, la medicina psicosomática, la dermatología y nuestro aporte estético darían una respuesta a estas situaciones y crisis vitales de estrés, que lo llevan a sentirse diferente.ColaboraElena CacerezEchevarria Esteticista. En Facebook3764362902





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