Silvio Fernandes Rodrigues (44), el brujo acusado de descuartizar a dos niños que serían argentinos en un ritual satánico perpetrado en Brasil, continuará tras las rejas. 
La resolución que ya había recibido dos veces ahora fue confirmada por el máximo tribunal de Justicia de Rio Grande Do Sul. Así lo informaron diversos medios brasileros, quienes indicaron que el habeas corpus presentado por la defensa del imputado no prosperó ante los letrados del Tribunal de Justicia, los magistrados Sylvio Baptista Neto, Manuel José Martínez y Honorio Goncalvez Neto.
Vamos a interponer un nuevo habeas corpus en las próximas horas, declaró ayer al Jornal Novo Hamburgo uno de los defensores del brujo, el abogado Marco Mejia.
Rodrigues Fernandes permanece alojado en la penitenciaría estatal de Jaucí, en la localidad de Charqueadas.
Mientras tanto, hasta ayer no había mayores novedades con respecto al paradero del misionero Jorge Adrián Alves (33), nacido en Bernardo de Irigoyen y con última residencia registrada en Posadas.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN en su momento, Alves cumplió condena por dos robos calificados en la Unidad Penal?III de Eldorado, localidad donde también residió. Además, también informó que el último registro migratorio que se tiene de ese prófugo es de julio del 2017, cuando salió de la provincia hacia Brasil por el paso fronterizo de Irigoyen. Desde entonces, no se registraron nuevos eventos.
Los investigadores del área de Homicidios de la Policía Civil en Novo Hamburgo creen que Alves fue quien consiguió los dos niños en Argentina -en Corrientes o Misiones- a cambio de un camión robado y droga. Incluso aseguran que, de regreso a Brasil, junto a los niños también transportó estupefacientes.
El caso se conoció el 4 de septiembre de 2017, cuando los restos de un niño de unos 8 años y una niña de 12 aparecieron dentro de bolsas, en cajas de cartón, en un camino vecinal del barrio Lomba Grande de Novo Hamburgo.
El testimonio de un albañil que realizaba refacciones en un terreno cercano a ese lugar y que regresó en la medianoche al lugar tras olvidar su cartera fue determinante para la aprehensión de los cinco hasta ahora detenidos.
Ese testigo clave vio a los dos niños en el suelo, rodeados en semicírculos por los acusados -incluido Alves- y velas encendidas. Todo indica que el empresario Jair Da Silva (47) -también detenido- pagó 25 mil reales para llevar a cabo el sacrificio humano, a cambio del cual recibiría prosperidad.





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