Todo empezó "por casualidad", pero el "Guácaras Festival de Cine 100% Regional", que se llevó a cabo en Santa Ana (Corrientes), la reconoció con el premio a la mejor actriz por "Colonia Delicia".
Las distancias difícilmente signifiquen un obstáculo cuando el destino, como el de Natalia Leal, que con trazo firme tenía escrita su incursión en el mundo del cine y, a pesar de su juventud y un sin número de trabas, la vida la paró frente a una cámara e, incluso el Guácaras Festival de Cine 100% Regional (Santa Ana, Corrientes) la premió con el primer premio a Mejor Actriz (Auspiciado por el Instituto Nacional del Teatro) por su participación en Colonia Delicia, de Cinthia Konopacki.
En una charla con PRIMERA EDICIÓN, Natalia confió que fue la casualidad la que la llevó a ser parte del corto. Y agregó que en la primaria siempre resultaba seleccionada para ser parte de las obras, pero se trataba simplemente de actos escolares; hasta que tiempo después tuvo la oportunidad de participar de los cortos En un rincón del monte y de Siete brujitas.
Durante la secundaria, tanto ella como sus compañeros siempre estuvieron motivados por el profesor Mario Rivas, presidente también de la Cooperativa Academia Productora de Artes, y fue él quien la motivó a presentarse al casting convocado por Cinthia Konopacki, para un filme centrado en una familia de colonos, descendientes de polacos, de creencia evangélica, en la que Jozef trabaja como productor y organizador de la feria franca de Colonia Delicia y está a cargo de sus tres hijas, entre ellas, Ela, de 16 años, quien transita su despertar sexual y crisis de pasaje de identidad; mundo al que ingresa un extraño que comienza a generar desconcierto en la estructura de esta familia tradicional y, a partir de aquí, desde la sutileza y la simpleza, el relato complejiza sobre esta temática que aún hoy, lamentablemente, permanece tabú en los hogares y, lo que es peor, en muchas escuelas.
Me presenté como para probar y me salió bien, primero se hizo una selección de fotos, quedamos cuatro chicas, de las que fuimos tres a Posadas, entre las que quedé yo. Desde la producción vinieron a mi casa, hablaron con mis padres y se me permitió trabajar, fueron cinco días de filmación, en Santa Ana, una experiencia rara, pero linda, muy linda, describió la joven actriz, que sueña con perfeccionarse y desenvolverse en el mundo del cine, pero que no esconde sus ansias por estudiar medicina y dedicarse también a la gastronomía. E insiste en que quienes tenga oportunidad de ser parte de la magia que las cámaras y las luces ofrecen, no teman ser parte, porque está bueno, hay que animarse, después de todo, actuar solo es mentir.
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