Seguirá imputada por el delito de hurto. Su tío está prófugo de la Justicia. Analizan dos celulares que resultarían clave para la causa.
La joven de 21 años investigada por una denuncia de hurto de alrededor de diez millones de pesos del departamento de una abogada posadeña, podría ser excarcelada en los próximos días con la orden del beneficio de libertad bajo caución real que le otorgó el juez de Instrucción 2, César Antonio Yaya.
La involucrada seguirá supeditada a la investigación con la imputación provisoria de haber participado en un hecho de hurto y tras ser señalada por su empleadora, Graciela Beccaluva (54), en su denuncia judicial.
Con la garantía o caución real por un monto entre los 20 mil y 30 mil pesos, además de ratificar su arraigo y cumplimiento de una serie de requisitos, podría ser liberada en el transcurso de la próxima semana, adelantaron fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN.
En cuanto al sospechoso restante en la causa y presunto cerebro del hurto, sigue siendo un misterio su paradero y por consiguiente su condición para la Justicia no se modificó y se profundiza su búsqueda en carácter de prófugo de la ley.
Tarea informática
Durante los allanamientos realizados por la Dirección de Investigaciones de Delitos Complejos de la Policía provincial, se incautaron dos teléfonos celulares, uno propiedad de la joven detenida y el restante en la vivienda del prófugo, en el complejo habitacional A3-2, y tío de la sospechosa.
Los aparatos fueron enviados a la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas, cuyos peritos informáticos rastrearán todos los cruces de posibles llamadas y mensajes de lo móviles, pero también la ubicación de ambos aparatos el día y hora del presunto robo del dinero de la propiedad de calle Bolívar casi 3 de Febrero.
Beccaluva, tal como publicó este Diario en exclusiva, denunció que el hurto se produjo durante la siesta del viernes 22 de diciembre. Y que en un primer momento fueron cuatro los millones de pesos estimados en dólares y euros, que desaparecieron de su propiedad. Pocas horas después la letrada amplió el monto a diez millones. Constaté el faltante de otros seis millones, manifestó la denunciante.
La abogada también sostuvo, en diálogo con este Diario, que la empleada doméstica le admitió que espió para saber dónde guardaba la llave de la habitación donde estaba el dinero. Y me dio a entender que todo fue armado por su tío, hoy buscado intensamente.
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