Todos tenemos fracasos y cosas que lamentar. Pero podemos aprovechar esas experiencias. El instructor recorría y miraba por encima del hombro de cada alumno ¡Muy bien!, comentó sonriendo, como si yo he resuelto el problema ¿Por qué me prestaba tanta atención?
– ¿Qué es lo que esperas de estas clases?, preguntó.
– Quiero estar segura! que está bien.
– Siempre que estés atenta y dispuesta a esforzarte al máximo, lo conseguirás.
Por primera vez en mi vida se me pedía que llegara al límite de mi capacidad, el instructor me exigía la excelencia.
Durante los meses siguientes, nuestro repaso fue adquiriendo la regularidad de un entrenamiento deportivo.
– Ya sé que es difícil para ti. Pero vencer obstáculos nos hace más fuertes.
No te rindas -me recomendó el instructor-, una nota no es la última palabra.
Cierto día me devolvió un examen con una nota de 85 puntos sobre el total de 100 yo he dado respuestas correctas. Me dijo:
– Acertaste por azar, no por tus conocimientos- observó cuando protesté, la suerte sólo sirve a veces, y no quiero que te atengas a ella toda la vida. Quiero que valgas por tus propios conocimientos.
Por experiencia propia…
Pero volví a pensar en él cuando tenía el récord mundial en mis manos. Parecía entonces que la vida estaba colmada de oportunidades y de pronto me di cuenta de que aún no había escrito la novela. No podía desembarazarme de una molesta, persistente sensación de estancamiento.
Antes alguien me había exigido lo mejor de mí y yo añoraba aquello. Me dije ¿realmente es un fracaso cambiar de dirección? Recordé las palabras de mi instructor. – Cuando encuentres un obstáculo en el cansancio o en la vida, ¿qué es lo que haces?
– Intento superarlo, respondí.
– ¿Y si no puedes? ¿Qué haces ante un frente de tormenta? ¿Adónde te diriges?
– Prosigo. Debo tomar otra dirección y luchar hasta el límite de mi capacidad. Mira: todos tenemos fracasos y cosas que lamentar.
Sin embargo, podemos aprovechar esas experiencias. Nadie puede ser mejor. Pero si haces un mayor esfuerzo, si das todo lo que tienes, superarás obstáculos o hallarás un nuevo camino que seguir, acaso mejor. Así se alcanza el verdadero triunfo: trabajando arduamente, con todo el corazón y con toda el alma.
Recuerdo sus palabras: sigue esforzándote por conseguir lo que deseas. Y dale tiempo al tiempo, concluyó.





Discussion about this post