Uno de los tres imputados por la Masacre de Panambí, Juan Ramón Godoy (47), denunció apremios ilegales y torturas por parte de la Policía mientras estuvo detenido en San Javier y en Panambí, en tanto que su expareja y madre de sus tres hijos también apuntó contra un jefe de dicha fuerza, al referir que la intentó presionar para que involucre a su exmarido en el hecho y que, además, la insultó y escupió.Godoy, quien dio su versión de los hechos ante el Tribunal Penal 1 de Oberá, negó haber participado en el cuádruple crimen de la familia Knack, dijo que no tuvo trato con los demás detenidos antes de conocerse el caso y que solamente conocía de vista a los otros dos acusados, Julio Pablo Paz (54) y Marcial Alegre (42).Con respecto al VW Bora gris oscuro que le fue incautado y que de acuerdo a la denuncia que radicó Cristian Knack (25) antes de morir era un vehículo similar en el que huyeron los delincuentes, el imputado explicó que durante ese domingo 25 de mayo de 2014 lo utilizó solamente para ir al pueblo a comprar asado y para llevar a su hijo a la terminal de San Javier. En ese sentido, según pudo atestiguar PRIMERA?EDICIÓN, acerca del rayón sobre el lado derecho que tenía su rodado, que de acuerdo al expediente y por testigos no se descarta que se produjo el día del hecho al colisionar contra un alcantarillado o una rama grande en Panambí, Godoy dijo que fue producido por el roce contra otro vehículo estacionado el 3 de mayo de ese mismo año, y que su hijo, en ese entonces de 15 años, estaba al volante en esa ocasión. “Aunque fue una imprudencia se lo presté porque era su cumpleaños”, precisó. Eso ratificó luego Juan Gabriel Godoy (18), al declarar posteriormente ante los jueces. El comisario lo invitó a afeitarseSi bien no lo dijo directamente, Godoy dejó entrever con su relato que el ADN que le pertenece y que fue hallado tras el análisis efectuado a un cabello que estaba en una capucha que se incautó en la escena del hecho pudo haber sido manipulado. “De las cuestiones técnicas se encargarán los defensores”, contestó al ser preguntado al respecto.“A los quince días de estar en la comisaría Tercera de Oberá, el jefe de esa dependencia, un tal Da Luz, me habló por primera vez. ‘Buen día Godoy, ¿Te querés afeitar?’, me preguntó. Acepté porque mi señora me había llevado elementos para hacerlo. Llamó a un guardia y me llevaron a un baño del personal. Nadie me presionó y me afeité tranquilo con una máquina descartable. Al terminar empecé a limpiar y el guardia me interrumpió y me dijo ‘no dejá nomás, que hoy viene la chica de la limpieza’. Luego me encerraron de vuelta. Fue antes de que me realizaran el hisopado para la prueba de ADN”, contó Godoy. La detenciónEn su extensa testimonial, de una hora, Godoy recordó que lo detuvieron la mañana del martes 27 de mayo de 2014. “Un policía con la pistola en la mano me interceptó cuando iba en mi auto, por una calle de San Javier, junto a un empleado de mi lavadero. Me llevaron a la comisaría y allí conocí a Paz, que estaba alojado en la misma dependencia. Posteriormente me trasladaron a Panambí, luego a la Tercera y finalmente a la cárcel”, relató.Seguidamente explicó el derrotero del Bora gris. “Yo mismo lo llevé hasta la comisaría. Luego pude ver que los policías fumaban dentro del auto cuando lo llevaban a Panambí. Más adelante me enteré que estaba sin faja de seguridad, abierto y mojado y que le faltaba la alfombra, frente a esa misma seccional. Mi abogado y mi hija le sacaron fotos. No me autorizaron a sacar mis anteojos de adentro, cuando un secretario del Juzgado de la doctora Gauchat me dijo que estaba resguardado por mi bien y el de los damnificados”, apuntó. Los golpesDe acuerdo al relato del imputado, desde el primer día de su detención fue agredido por un policía de apellido Arenhardt. “Me pegó un ‘tape’ en la boca cuando le dije que estaban fumando en mi auto, cuando íbamos hacia Panambí”, contó. “Luego en otras ocasiones me pedían que me saque la ropa, y me costaba porque yo pesaba 160 kilos y me caía, entonces Arenhardt me pisaba los dedos. También recibía ‘tapes’ cuando me preguntaban dónde estaba Marcial Alegre, algo que yo no sabía, ya que lo identificaba, pero no tenía trato con él”.“En otra ocasión personal de Investigaciones me preguntó si conocía a Pablito, les dije que sí, que era mi hijo, entonces me contestaron que les pidió que me cuidaran y que ellos le prometieron que me iban a cuidar, pero si no colaboraba entonces Pablito se iba a quedar sin papá”, contó Godoy, quien dijo que no denunció antes todo aquello porque no quería tener problemas con los policías con los que tenía que convivir en la comisaría. “Así viven las putas”Miriam Pérez (41), peluquera, denunció ayer que en la comisaría de San Javier y el mismo día en que fue detenido Godoy -quien en ese entonces era su marido- un policía de apellido Baumgartner la insultó y presionó para que afirmara que el hombre tenía que ver con el cuádruple crimen de Panambí.La mujer recordó que el uniformado, “quien era jefe o subjefe en ese entonces, quería que yo firme en la causa contra mi esposo. Cuando le contesté que no, me dijo ‘así viven las putas, sacándole plata a los que trabajan dignamente’. Luego me escupió”. La testigo dijo que tenía una buena relación con su expareja, que era próspero en su lavadero y que incluso estaba a punto de inaugurar otro. HorariosEn su declaración, Godoy dijo que estuvo en su vivienda del barrio Malvinas, distante unos cuatro kilómetros de San Javier, en el horario del hecho. Afirmó que miró televisión y que en su casa estaban dos de sus hijos y su esposa, y que tuvo la visita de sus vecinos, una sobrina y la pareja de ésta, además de un empleado de su lavadero y dos albañiles, quienes declararán hoy. Precisó que su VW Bora estuvo estacionado en el garage durante todo el tiempo.El acusado coincidió así con los dichos de su esposa, quien ratificó los horarios y actividades al momento en que en Panambí se producía uno de los más atroces crímenes de los que se tenga memoria en Misiones. El rayón Otro de los testigos que declaró ayer fue Roberto Stach (42), un mecánico que declaró que cuando Godoy le llevó a su taller de chapa y pintura el VW Bora -antes del hecho- tenía un rayón en una de sus puertas y a unos cincuenta centímetros desde el piso.No obstante, durante casi toda su declaración mantuvo la firmeza de que esta marca visible en el rodado fue del lado izquierdo, del conductor, lo que se contradice con la realidad, pues dicho rayón fue encontrado del lado derecho. Por una cuestión de protocolo y para exhibirle una firma para que la recon
ozca en el presupuesto que le había dado al imputado, notó que en el documento decía lado derecho, por lo que pidió disculpas y aclaró que efectivamente fue en ese sector del auto donde vio la marca.




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