A los 15 años dejó Posadas buscando concretar un proyecto de vida que rumiaba en su interior. Así es Miuki Madelaire, hoy convertida en una mujer sabia, pero con la sabiduría de sus orígenes, de la selva, de esa “alfombra roja natural” como la llama ella. La Cámara de Diputados destacó su carrera como diseñadora reconociéndola como Embajadora de Misiones por el Mundo. “Esto es como un retorno de tantos años llevando mi tierra, nuestra identidad misionera a todos lados. Me considero un puente que conecta a Misiones y ahora lo seré aún más. Es un honor, con mucha emoción siento y recuerdo la charla que tuve con las mujeres que asisten a escuelas nocturnas de corte y confección y las sentí tan unidas, fue un regalo, como una suerte alineación de corazones”, nos cuenta Miuki y la veo cómo sus ojos se llenan de lágrimas. Es una mujer sensible hasta la médula, y será por esa conexión que tiene con la naturaleza, es que nunca se fue realmente, pues en cada lugar donde estuvo sus inspiraciones siempre tuvieron que ver con algo de lo nuestro. “Soy una vieja alma guaranítica o fresca o joven, (se ríe) soy una mujer de su tierra que quiere seguir creciendo, quiero fortalecer el puente entre Misiones y el mundo… Comunicar lo que somos, que tenemos una identidad preciosa, única. Es lo único que nos distingue del resto y valorarlo…Nuestro máximo valor es nuestra identidad misionera que en un mundo tan globalizado como hoy tenemos que reconocer y revalorizarla porque es nuestro fuerte”. Ella cree que su pasión por su identidad creció precisamente porque viajó a otras tierras y desde ahí pudo mantener ese lazo invisible y tan tangible al mismo tiempo. Cuando dio su charla, les recordó a las mujeres que para crear tienen que conectar con el corazón, “desde ahí sale la inspiración más profunda. Yo siempre escucho a mi ser, desde chica hice lo que sentía que quería hacer, y lo hice no sin miedo, sacando mi garra de yaguaraté. Tengo esa frase que me da el coraje para salir adelante: ‘A ver Miuki, sacá tu garra de yaguareté y vamos para adelante’, tanto que ahora mis hijas me dicen: ‘a ver mamá, tengo que hacerlo, cómo decís vos: saco mi garra de yaguareté’. A las mujeres no nos resulta fácil, pero siento que ahora se está generando un gran despertar y todas -a su tiempo- van en busca de su ser interior, dejando que fluya y todo se va dando, sin presiones”. En la necesidad de mantener su contacto con la tierra, creó un lugar especial en la isla del Delta (en El tigre), y entre risas que provoca su propia imaginación sin límites dice: “Me siento como un camalote que va y viene, viajo por el río hasta el Delta y regreso. Esa es mi unión”. La vida de Miuki es tan rica que comenzó tan joven, viajando a Londres donde presentó a los 18 años a las Paseras For Export, con diseños que sorprendieron a sus maestros diseñadores, “las paseras con sus canastos en la cabeza, eso fue hace tiempo”, y en los Estados Unidos realizando eventos para las cadenas de televisión, con puestas totalmente innovadoras. Siempre llama la atención allá donde va, y siempre con su pelazo rubio, esa piel blanca y con una sangre guaraní que le sale por los poros. Fresca, amorosa y querible, así es. PorRosanna [email protected]





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