Para un bebé y sus padres puede que no haya mejor lugar para estar que su propia casa, un espacio limpio y controlado, pero siempre hay que salir y puede surgir la necesidad de cambiar pañales del bebé fuera del hogar. En este punto surge un problema: pese a que en Posadas hay una ordenanza que lo exige, hay pocos baños públicos con cambiadores para bebés y casi no se encuentran en los baños de hombres. El 26 de noviembre de 2015, el Concejo Deliberante de esta ciudad sancionó la ordenanza XII-59 que estipula en su artículo 1 “la obligatoriedad de contar con cambiadores para bebés en al menos uno de los sanitarios masculinos y al menos uno de los sanitarios femeninos, sean estos de propiedad pública o privada”. La norma entiende como edificio de uso público a “todo edificio o parte de él, en el cual las personas pueden congregarse para propósitos cívicos, administrativos, políticos, educativos, religiosos o diversión. También aquellos en los cuales se encuentran hospedadas personas para recibir cuidados o tratamientos médicos o caridad u/o auxilios, o bien donde son mantenidas o detenidas personas por razones de deberes públicos o cívicos, o para propósitos correccionales”. Además, determina que el Departamento Ejecutivo Municipal, por vía de la reglamentación, “establezca la característica, tamaño, disposición y condiciones de higiene y seguridad con la que deben contar los dispositivos cambiadores para bebés”. Esta ordenanza fue promulgada el 4 de marzo de 2016 pero por ahora su reglamentación, imprescindible para que sea aplicada en su totalidad, duerme el sueño de los justos. Un reclamo que se repiteYa sea en un restaurante, una oficina del Estado o la sala de espera de un sanatorio, la mamá o el papá necesitan de un lugar en el baño para realizar el cambio de pañal. Cuando ingresan a baños que no tienen cambiadores surgen las preguntas de dónde apoyar el bebé, si en el piso, en la tapa del inodoro, en el lavamanos, con todos los riesgo que implica dejar a un bebé en una superficie que puede estar muy contaminada de bacterias no muy amigables con la salud. Bien se sabe que el baño es el lugar con más microorganismos peligrosos para la salud de los adultos y ni que hablar para la de un pequeño de pocos meses de vida. Con respecto a ésto, una mamá posadeña expuso esta situación a través de las redes sociales, que se han convertido en el espacio donde los ciudadanos exponen sus críticas. La mujer puso en evidencia que, salvo honrosas excepciones (entre las que se cuentan algunos peloteros donde hay espacios exclusivos para cambiadores), no existen cambiadores en los baños de la ciudad, cuando sí existe la norma municipal que lo exige.“Cuando te convertís en mamá, todo lo que antes era normal, pasa a ser todo lo contrario. Ir a un baño público o en algún organismo implica tener a mano siempre alcohol en gel, alguna manta, toalla o hasta tu propio abrigo que funcione como manta para recostar a tu bebé, eso si tenés la suerte de que el baño esté limpio.No sé si soy la única, pero con dos bebés casi que me volví experta en el arte de cambiarlos en baños de restaurantes, organismos públicos y privados, casi en cualquier espacio de Posadas, salvo el shopping y el hipermercado y un restaurante por calle Colón que cuentan con cambiadores”, relató la mujer. “Me parece que cambiar a un bebé en el piso de un baño o en la pileta de lavar manos no es el lugar adecuado. No solo porque pone en riesgo su salud, sino por todo lo que implica”, agregó en su perfil. Los costos para la implementación no serían tan altos si se tiene en cuenta que los cambiadores de pared, según el mayor sitio de ventas on line de Argentina, van desde los 650 a los 6.000 pesos. Pueden ser de madera o de materiales plásticos no tóxicos y algunos vienen con cinturón de seguridad. Una vez que la norma se ponga en marcha, un simple cambiador de madera empotrado en la pared será de gran solución para los padres y requiere una inversión mínima por parte de los responsables."No hay límite de tiempo"“No hay límite de tiempo para reglamentar una ordenanza, pueden pasar años”, indicó a PRIMERA EDICIÓN Ariel “Pepe” Pianesi , el concejal impulsor de la ordenanza. Señaló que la idea de los cambiadores surgió a través de gente que le acercó la inquietud y opinó que “si bien ya fue promulgada, muy poca gente conoce de su existencia. Nosotros insistimos para que se reglamente y pueda ser aplicada en toda la ciudad”. En ese aspecto estimó que el tiempo de reglamentación de las ordenanzas es un problema, porque no hay un límite de tiempo para que eso ocurra y “pueden pasar años. Entiendo que en este caso particular reglamentarla es una tarea muy sencilla”, cerró.





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