Ante una encrucijada de la vida, ¡cómo elegir un camino?, ¿cómo saber elegir la decisión correcta? Son preguntas que se han hecho los humanos de todos los tiempos. Por ejemplo los griegos antiguos la representaban como la diosa Hécate que tenía tres caras, ya que podía mirar en tres direcciones al mismo tiempo: el camino que le llevó hasta ahí y los dos que podía tomar.Como adultos mayores ya no se debería actuar por impulso como en los años jóvenes, cuando no se era consciente de la relación causa-consecuencia y simplemente se saltaba al vacío. Saber elegir el camino en una encrucijada es uno de los grandes aprendizajes para llegar a la sabiduría. Para empezar se debe capitalizar todo lo aprendido, la experiencia, y luego aplicar esas enseñanzas del pasado a las situaciones del presente.A continuación preguntarse: ¿Qué vine a aprender a este mundo? ¿Cuáles son mis recursos? ¿Qué me importa profundamente? ¿Qué me da alegría? La elección de un camino significa abandonar el otro. Si se elige con el corazón, el viaje, aún con sus dificultades, se transitará con entusiasmo, y se irá madurando en su transcurso. En cambio si se elige por miedo, la angustia será la compañera y la sensación de estar atrapada. Lo importante es el proceso de transitar no el destino.Hécate, la diosa de las encrucijadas estaba asociada con la Luna Menguante, con la Ancianidad, y ello es una metáfora de lo que podemos lograr: convertirnos en ancianas sabias, personas que aprendieron de la experiencia y la observación, alguien que escucha su intuición, que tiene en cuenta sus necesidades y el bienestar de los demás antes de elegir, y que sabe desprenderse del pasado y perdonar. Por eso las sesentonas que aprenden se dan cuenta cuando se hallan ante un cruce de caminos y que la elección que hagan la puede llevar a algo totalmente nuevo.Un ejemplo de elección de camino se presenta al llegar a la jubilación ya que abre una importante encrucijada: la rutina y la pasividad o una etapa nueva. De esa elección, consciente o inconsciente, depende cómo se vivirá la etapa de la ancianidad: como decadencia y enfermedad, o como oportunidad para seguir cumpliendo sueños, con valentía y con amor. Para transitar lo nuevo y no perderse es esencial conocerse a si misma y tener en claro qué nos importa. ColaboraHilda GonzalezExperta en CocinaVegetariana-VeganaWhatsapp 3764-58 91 95





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